CCD | Odebrecht encontró un paraíso para capitalistas en la Venezuela socialista de Hugo Chávez, donde el gigante de la ingeniería consiguió enormes oportunidades de negocios gestadas bajo la sombra de la estrecha amistad entre el gobernante bolivariano y el ex presidente brasileño Luiz Ignacio “Lula” Da Silva. En la imagen Meridith Kohut Bloomberg
El reportaje de Antonio María Delgado publicado en El Nuevo Herald reseña que la compañía brasileña obtuvo contratos públicos de miles de millones de dólares sin tener que medir fuerzas contra sus rivales en licitaciones y cuando incumplía con las condiciones, el tema no pasaba a convertirse en escándalo público como suele suceder en otros países.
Pero la experiencia no ha sido igual de favorable para los venezolanos. La mayoría de las obras otorgadas a la empresa brasileña muestran distintos grados de demoras en su ejecución y los costos frecuentemente han terminado disparándose, llegando en ocasiones a superar dos o tres veces los montos inicialmente pactados.
“Algunas de estas obras debían estar inauguradas en 2012, pero muchas de ellas permanecen inconclusas, mientras que las explicaciones oficiales brillan por su ausencia”, advirtió Transparencia Venezuela, el capítulo del país sudamericano de la ONG internacional, en un informe publicado a mediados de año.
Pese a involucrar gigantescos volúmenes de recursos, el secretismo del gobierno venezolano en torno a su relación con la empresa deja a oscuras los términos de las operaciones.
El país ni siquiera sabe cómo fue que Odebrecht terminó apoderándose de las mayores obras de construcción emprendidas en Venezuela, manifestó desde Caracas Mercedes de Freitas, directora ejecutiva de Transparencia Venezuela.
“Sabemos muy poco sobre estas operaciones. No tenemos información de que se hayan abierto concursos, ni siquiera tenemos información si esos acuerdos representaron peticiones de precios”, dijo De Freitas, cuya ONG ha denunciado en reiteradas ocasiones que la falta de transparencia en Venezuela ha convertido al país en uno de los más vulnerables a la corrupción en el mundo.
“Al parecer todas fueron adjudicaciones a dedo. No tenemos ninguno de los contratos. No tenemos información sobre la calidad de las obras exigidas, de los precios, plazos de entrega, si había subcontrataciones, o no. De los planes, o de los diseños”,agregó.
Odebrecht, que enfrenta su propio escándalo de corrupción en Brasil, no respondió a las solicitudes de entrevistas realizadas por el Nuevo Herald.
El inicio de una muy lucrativa amistad
La empresa brasileña llegó a Venezuela en 1992, obteniendo un contrato para construir un centro comercial en Maracaibo y seis años después se adjudicó un importante contrato relacionado con obras vinculadas a la construcción de la línea 4 del Metro de Caracas
Pero fue con la llegada a la presidencia de Lula en Brasil y de Chávez en Venezuela cuando Odebrecht comenzó a acaparar las grandes obras públicas en el país sudamericano.
Había cierta intencionalidad en esos esfuerzos por favorecer a la compañía brasileña, explicó desde Washington Antonio De La Cruz, director ejecutivo de la firma de asesores Inter American Trends.
“Ambos, Lula y Chávez, veían a Odebrecht como un vehículo, como una plataforma, para generar negocios entre ambas naciones”, en medio de los intentos del gobierno bolivariano por incrementar su influencia en la región, explicó De La Cruz.
“Es allí cuando la compañía comienza a obtener gigantescos contratos, como el segundo puente sobre el Río Orinoco, y otras de las grandes obras de infraestructura en Venezuela”, señaló de La Cruz.
El que la empresa brasileña fuese escogida por Venezuela para asumir esas obras fue explicado en su momento por el propio Chávez bajo términos de amistad y aprecio.
Incluso cuando la firma enfrentaba problemas en Ecuador y el aliado presidente Rafael Correa expulsaba a la empresa del país, acusándola de estafa luego que una central hidroeléctrica que construyó comenzó a mostrar severas fallas, Chávez salió públicamente en defensa de la compañía.
“Odebrecht es una empresa amiga y en Venezuela se ha portado extraordinariamente bien. Quiero hacer ese reconocimiento”, exclamó el gobernante en esa oportunidad.
Para entonces, la compañía acababa de culminar la construcción del segundo puente sobre el Río Orinoco. Inaugurado en el 2006, la obra de 3.15 kilómetros de longitud unió la ciudad de Puerto Ordaz, con el estado Anzoategui.
No obstante, la obra tuvo sus propias complicaciones y terminó costando cerca de $1,000 millones, algo más del doble de los $480 millones previstos inicialmente.
Pese a ello, el puente fue solo el comienzo de una marejada de concesiones otorgadas a la empresa brasileña que convirtieron a Venezuela en uno de sus más importantes centros de operaciones.
Según el Registro Nacional de Contratistas (RNC), la compañía actualmente ejecuta más de 30 proyectos en Venezuela.
“Pero la constante en todas [estas obras] es la imprecisión en sus calendarios de ejecución, el incumplimiento y la ausencia de información sobre el avance de los proyectos”, resalta el informe de Transparencia Venezuela.
Y ahora que Venezuela atraviesa por una de las mayores crisis económicas de su historia, y ante proyecciones de que los precios del petróleo continuarán estancados por el futuro previsible, es posible que muchas de estas grandes obras queden inconclusas pese a que el país ya ha gastado miles de millones de dólares en ellas.
Dos puentes demasiado lejos
Según Transparencia Venezuela, algunas de las mayores obras en manos de la empresa actualmente muestran grandes retrasos.
Una de ellas es el segundo puente sobre el Lago de Maracaibo, un ambicioso proyecto que apenas ha sido culminado en un 13.9 por ciento pese a que ya lleva 13 años en ejecución.
Prometido inicialmente para el año 2010, el Puente Cacique Nigale aspira tener una extensión de 10,800 kilómetros y debe incluir un túnel submarino de más de cinco kilómetros.
Pero la obra que pretende brindar un nuevo punto de acceso por tierra a la ciudad de Maracaibo ha estado plagada de problemas desde el inicio y su fecha de inauguración ha sido postergada repetidas veces.
En el 2013, el Ministerio de Transporte y Comunicaciones anunció que el puente estaría listo para el 2020, e incremento su proyección de costo a $3,400 millones.
El tercer puente sobre el Río Orinoco, que será llamado Puente Mercosur, está más adelantado, y concluido en un 65 por ciento, según los datos recogidos por el informe de Transparencia Venezuela.
Pero la obra –que uniría por tierra el oeste del estado Bolívar con el estado Guárico, cerca de la localidad Caicara del Orinoco– debió de haber estado lista en el 2012 y ya lleva más de nueve años en construcción.
El puente, que con una extensión de 14 kilómetros sería mucho mayor que el anterior construido por Odebrecht en el mismo río, también ha registrado una serie de incrementos de costos. El monto $962 millones que había sido inicialmente calculado para el proyecto ya había ascendido a más de $2,500 millones en el 2011.
Problemas bajo tierra
Pero las demoras no se han limitado en la construcción de los puentes.
La empresa también registra pronunciados retrasos en la entrega de las obras del metro de Caracas, un trabajo de gran envergadura que incluye la construcción de la Línea Dos, la Línea Cinco y el Metro Caracas-Guatire.
El último de los tres es un proyecto de construcción valorado en $2,000 millones que pretende conectar a Caracas con las ciudades satélites de Guarenas y Guatire, que debía haber estado terminado para el 2012.
La fecha posteriormente fue postergada para el 2015, el 2016 y quedó para el 2019, según el informe de Memoria y Cuenta del Ministerio de Transporte y Comunicaciones del 2013.
Una vez construido, el proyecto contaría con una línea de metro de 6.7 kilómetros y una línea de ferrocarril ligero de 31.4 kilómetros.
No obstante, la obra solo había sido construida en un 19.4 por ciento para finales del 2014, pese a que las labores habían comenzado en el 2007.
Más avanzada está la Línea Cinco, la cual mostraba un grado de avance de 82 por ciento, de acuerdo con las declaraciones brindadas en agosto por el entonces ministro de Transporte Terrestre y Obras Públicas, Haiman El Troudi.
El ministro también dijo en esa oportunidad que preveía inaugurar la primera estación este año, pero el inicio de operaciones se produciría con una demora de cuatro años.
En el 2006, Chávez había anunciado que la línea de 7.5 kilómetros entraría en operaciones para el 2011.
En el caso de la Línea Dos, ya está operando. La obra de 10.2 kilómetros comenzó a ser construida en el 2001 para conectar a Caracas con la vecina ciudad de Los Teques, y viene prestando un servicio parcial desde el 2006.
No obstante, la línea tiene en operación solo dos de las siete estaciones programadas, y es poco probable que las restantes cinco sean inauguradas este año como fue anunciado