CCD | El Banco Central de Venezuela confirmó cinco días después de su realización el 29 de diciembre, la emisión privada de bonos por 5.000 millones de dólares con vencimiento al 2036, sin precisar detalles de la operación, como ya es costumbre en el críptico régimen venezolano.
El BCV adquirió los bonos a la tasa de cambio protegido (Dipro) de 10 bolívares por dólar frente a los 3.200 bolívares por billete verde del mercado paralelo.
«La República Bolivariana de Venezuela anuncia que el pasado 29 de diciembre de 2016 cerró de manera exitosa la emisión privada del Bono Soberano Internacional Amortizable 2036, por un monto de USD 5.000 millones», según un comunicado disponible en la página de Internet del Ministerio de Finanzas.
El despacho agregó que el cupón fue de 6,50 por ciento, con un plazo de 20 años y bajo la Regulación S, pero no aclaró el destinatario del bono.
Haitong International Securities, con sede en Hong Kong, actuó como coordinador internacional de la transacción, según señala la web Cbonds.com. (En la gráfica, su CEO, Lin Yong). En la contraparte venezolana, las sospechas apuntan al dueño de una antigua casa de cambio, quien fuera un estridente opositor del régimen de Chávez y Maduro, ahora convertido en asesor de Nelson Merentes, presidente del BCV.
Algunos analistas señalaron que el objetivo de este emisión privada podría estar relacionada al pago de la deuda a proveedores que tiene Pdvsa, el sector farmacéutico y el sector de alimentos.
Según el prospecto de deuda, la emisión se basó en el decreto de emergencia económica, con lo que el Gobierno se saltó la instancia parlamentaria, que según la Constitución debe aprobar cualquier endeudamiento del Ejecutivo. Sería la primera operación de este tipo que no tiene aprobación legislativa. En el pasado se han hecho operaciones similares usando PDVSA, para lo cual la ley establece expresamente excepciones para pasar por la asamblea, pero en este caso sería la primera vez que una emisión de la República carece de aprobación legislativa.
Expertos financieros entrevistados por CuentasClarasDigital señalan que en términos estrictamente financieros, la operación persiste en el error de emitir en moneda extranjera para recibir bolívares. El 100% de la deuda emitida en forma de bonos por la Republica y PDVSA, que alcanza a mas de 60 mil millones de dólares, «ha sido colocada usando ese mecanismo de forma desordenada entre demandantes locales que luego, de acuerdo a sus necesidades de dólares, se deshacen de esos bonos en el mercado secundario. Hacerlo de esa forma ya genera una prima adicional de riesgo por las condiciones de colocación», sostienen.
Generalmente el gobierno ha argumentado razones de política cambiaria para emitir deuda de esa forma, pero es un error básico confundir objetivos cambiarios con los de manejo de deuda, señalan los analistas.
Qué puede haber detrás de la operación
No hay duda que la emisión es simplemente el primer paso. El régimen puede usar ese bono para luego colocarlo entre el público con una prima. El BCV lo adquirió a 10Bs/1$ pero podría venderlo con un prima en bolívares a un tasa superior obteniendo recursos adicionales. El bono en condiciones de mercado podría valer cerca de 40% , de acuerdo a las cotizaciones que tienen los bonos venezolanos, de manera que si alguien paga por el bono una prima de cien veces sobre la tasa oficial, estaría recibiendo dólares a 2500 Bs por dólar.
De nuevo, el negocio es para quienes tengan acceso preferencial a esa colocación. El patrón en todas esas colocaciones es que ha sido totalmente discrecional, como ya es costumbre en la administración chavista.
En pocas, palabras, continúa el guiso con las operaciones financieras del régimen donde, con el dinero de todos y en perjuicio del Estado, se benefician unos pocos.