Un juez federal desestimó los cargos por extorsión en una querella civil presentada por el ex alto diplomático estadounidense, Otto Reich, contra los empresarios venezolanos, Alejandro Betancourt, Pedro Trebbau, propietarios de Derwick Associates de Venezuela y Francisco D’Agostino .
La decisión tomada por el juez J. Paul Oetken de la Corte Federal de Distrito Sur de Nueva York marca un retroceso para la demanda presentada el año pasado por Otto Reich, quien fue jefe de la diplomacia del ex presidente George W. Bush para América Latina.
La demanda del Otto Reich alega que altos funcionarios de Venezuela han estado involucrados en una trama de corrupción generalizada con tres empresarios venezolanos, quienes presuntamente pagaron millones de dólares en sobornos a cambio de la obtención de cerca de mil millones de dólares en contratos, para la construcción de plantas de energía eléctrica.
El Juez Oetken dijo que Reich no había demostrado cómo el presunto soborno de los funcionarios venezolanos le había afectado. Pero además dictaminó que el demandante podría proceder con el caso y reclamar daños y perjuicios por presunta difamación por parte los tres acusados, los empresarios Alejandro Betancourt y Pedro Trebbau, propietarios de Derwick Associates, una empresa de ingeniería y construcciones eléctricas, que ha construido plantas en Venezuela. Además de Francisco D’Agostino, considerado por Otto Reich como un socio silencioso, cuestion que el acusado niega.
El exdiplomático, ahora consultor residenciado en Washington, alega en su demanda que agentes de los tres hombres que supuestamente le difamaron, sabotearon su relación con un cliente potencial, pero los empresarios venezolanos lo niegan.
La demanda de Reich fue presentada en virtud de las disposiciones establecidas por la Ley contra extorsión criminal y organizaciones corruptas (Racketeer Influenced and Corrupt Organizations Act), comúnmente conocida como la ley RICO, utilizada sobre todo en contra de grupos de la delincuencia organizada.
El juez Oetken ha permitido que Otto Reich presente nuevos elementos en el caso de Betancourt y Trebbau para determinar si Nueva York tiene jurisdicción sobre los cargos de difamación, pero determinó que el tribunal no tenía jurisdicción en el caso de D’Agostino.
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