Los vidrios de las ventanas están rotos. El mármol triturado que recubría la edificación ya no existe. El techo es otro. Adentro, varias paredes y escaleras fueron derribadas. El Teatro de la Ópera de Maracay (TÓM), patrimonio histórico desde 1994, no volverá a ser el mismo: la empresa encargada de su remodelación deterioró materiales antiguos de la estructura que ya no se consiguen. La destrucción, que maracayeros denunciaron desde noviembre de 2011, no se detuvo a tiempo.
La función supervisora del Instituto de Patrimonio Cultural (IPC), ente encargado de resguardar el patrimonio histórico y cultural de la nación, no evitó el avance irregular de los trabajos. Los mecanismos de conservación y protección de los monumentos nacionales son limitados en términos de recursos y personal.
“En 2012 elaboramos cinco informes sobre la situación”, afirmó el coordinador de investigación del Departamento de Patrimonio Histórico de la gobernación, Wladimir Rodríguez. Para mediados de 2013, sin embargo, la Asamblea Nacional aprobó más recursos al proyecto. Desde 2009 -año en que el ex gobernador Rafael Isea decretó el cierre del teatro para su remodelación- el Estado ha gastado 88 millones de bolívares en trabajos de ingeniería que deterioraron el TÓM.
Cuatro años después, inspecciones gubernamentales demuestran los daños a la infraestructura y se ejecuta una nueva inversión: el presidente Nicolás Maduro aprobó 351 millones de bolívares más para el teatro en diciembre de 2013.
“En un segundo proyecto se planteó la adecuación física del centro cultural, el cual derivó en la destrucción del Teatro de la Ópera, por tanto pedimos al Poder Judicial que este señor Mignoli sea puesto a la orden de la justicia”, dijo el gobernador de Aragua, Tareck El Aissami, en julio de 2013, al denunciar hechos de corrupción en torno a la obra.
Se refería al dueño de la Constructora Mignoli 2002 C.A., contratista encargada de la restauración del TÓM. También afirmó haber solicitado ante el Ministerio Público la apertura de una investigación penal y administrativa contra antiguos funcionarios de la gobernación: el ex secretario de gobierno, Hildelgar Salmerón, y el ex secretario de Infraestructura, Raúl Pérez Rodríguez.
Últimas Noticias trató de contactar al ex gobernador a través de Twitter -el único medio por el cual se pronuncia públicamente desde septiembre del año pasado-, pero no hubo respuesta. Lo último que informó es que estaba cursando estudios en Estados Unidos, según sus anuncios a través de la red social. Se desconoce el paradero de sus compañeros de gabinete.
Teatro inconcluso. El Teatro de la Ópera de Maracay tiene 41 años desde su inauguración en 1973. Pero su historia es aún más larga: había comenzado a construirse bajo la presidencia del general Juan Vicente Gómez en 1932, pero tras su muerte se paralizaron las obras en 1936 hasta que fueron retomadas en la década de los setenta. “Entonces se le llamó el teatro inconcluso hasta que el presidente (Rafael) Caldera va a ver el proyecto y se logra su recuperación”, explica Gerson Balduz, coordinador técnico de teatros de Aragua.
Falta de mantenimiento preventivo sería el motivo de una remodelación, de acuerdo con declaraciones del ex secretario de Cultura de Aragua, Williams Hernández. El ex presidente Hugo Chávez aprobó 22,6 millones de bolívares durante su programa Aló Presidente en julio de 2009 para la recuperación del recinto cultural. Dos meses después, el ex gobernador Isea ordenó el cierre de sus puertas.
En octubre de 2010 había, según Hernández, 35% de avance para estar listo a mediados de 2011. La fecha de culminación se ha ido postergando: diciembre de 2012, mediados de 2013 y ahora, abril de 2015. En total, suman 88 millones de bolívares aprobados -seis millones más en febrero de 2011, otros 30 millones en 2012 y 30 millones más asignados por el Parlamento en mayo de 2013- para labores de restauración y rehabilitación del TÓM.
La empresa contratista, Constructora Mignoli 2002 C.A., reporta 95% de avance en sus trabajos de remodelación del teatro ante el Registro Nacional de Contratistas. Pero la propia estructura evidencia otro resultado. “Ya yo me desligué de eso desde hace tiempo. Está en manos de los abogados, la Procuraduría y de la Fiscalía”, dijo el ingeniero Mario Hernández, director de proyecto y construcción de la empresa.
La oficina de la compañía, ubicada en Caracas, está cerrada y sin identificación. Se contactó telefónicamente al dueño de la constructora, Antonio Mignoli, quien no dio declaraciones sobre el caso.
Poca vigilancia. El TÓM fue declarado Monumento Histórico Nacional el 15 de abril de 1994, según la Gaceta Oficial N° 35.441. Desde entonces el Estado tiene el deber de preservarlo y custodiarlo, según lo establecido en la Ley de Protección y Defensa del Patrimonio Cultural. Cualquier intervención debe ser regulada por el ente rector en la materia: el Instituto de Patrimonio Cultural.
“Cuando los de la gobernación iban a inspeccionar, la empresa mostraba el documento de autorización del IPC. Pero ellos hacían otros cambios que no les habían aprobado”, explica Rodríguez. Su departamento está adscrito a la Secretaría de Infraestructura. Reconoce: “Se nos fue de las manos, hay que decirlo”.
Una querella de la Procuraduría General de Aragua da cuenta del pronunciamiento del IPC en febrero de 2013, a través de un documento suscrito por su entonces presidente, Raúl Grioni. Advertía: “(…) algunas de las obras permisadas por dicho instituto fueron modificadas sin previa autorización”. Se consideró que el trabajo afectaba la integridad del monumento histórico nacional. La demanda de la Procuraduría, sin embargo, se introdujo a finales de año.
El IPC también tardó en pronunciarse, pues Grioni había visitado el TÓM siete meses antes de la emisión del informe, en julio de 2012, según nota de prensa del Gabinete de Cultura de Aragua. Los trabajos continuaron pese a lo reportado por el instituto.
Grioni explica que el IPC no cuenta con representantes del ente en el interior del país. “A duras penas se mantiene presupuestariamente con lo que está en Caracas”, dice (ver entrevista en la siguiente página).
El instituto, sin embargo, podría tener funcionarios a nivel regional en el Gabinete de Cultura de cada estado, pero en el de Aragua, por lo pronto, aún no se ha designado a nadie, afirmó la directora de ese organismo, Carolina Álvarez.
“Ahora estamos inspeccionando todo el tiempo y mantenemos comunicación con el IPC”, asegura Rodríguez, quien explica que la obra ahora está en manos de Construaragua, una empresa de la gobernación.
Investigaciones en proceso. Las averiguaciones están en proceso en el Ministerio Público, según el coordinador Rodríguez. El Consejo Legislativo del estado se sumó a las indagaciones en agosto del año pasado. También la Contraloría se pronunció en julio de 2013: puso a disposición del Ministerio Público una serie de informes preliminares y definitivos sobre las obras de infraestructura correspondientes a la administración regional anterior que aún no han sido culminadas, entre ellas, el TÓM.
“El Órgano de Control y Fiscalización en Aragua inició 6 potestades investigativas, a partir de las cuales fueron notificados 20 ciudadanos en calidad de interesados legítimos para que presenten sus alegatos en cuanto a las observaciones reflejadas”, reza un documento de este organismo.
Mientras tanto, vecinos y artistas locales cumplen más de dos años de protestas y temen que ocurran más daños. “De alguna manera, cuando se dijo que se iba a rehabilitar el teatro, también fuimos corresponsables de permitir que esto sucediera. Hemos querido hacer una contraloría, que se nos participe qué están haciendo. No sabemos nada”, dice Morhec Suinaga, vocera del grupo ciudadano “Devuélvannos el TÓM”. Temen que la historia se repita.
Daños irreparables. “No se pueden llamar obras porque destrozaron el teatro”, fueron las palabras del gobernador de Aragua, Tareck El Aissami, al denunciar públicamente los daños al Teatro de la Ópera de Maracay. El coordinador de investigación del Departamento de Patrimonio de la Gobernación, Wladimir Rodríguez, explicó que el mármol del piso del escenario fue extraído en casi su totalidad. “Dejaremos unas pocas piezas que quedaron como testigo y el resto lo cubriremos con otro material”. El granulite para la fachada también será diferente al original.
Lupa ciudadana sobre el TÓM
Los maracayeros lograron que Jorge Glem, reconocido cuatrista venezolano, apoyara la causa: ofreció una presentación, bajo la lluvia, frente al Teatro de la Ópera de Maracay (TÓM). “Ese día se acercaron como 80 personas”. El evento se suma a una serie de actividades que un grupo de vecinos y artistas locales empezaron a desarrollar desde finales de 2010 a modo de protesta en los alrededores del monumento cerrado por remodelación. Celebran festividades como La Paradura del Niño y la Quema de Judas frente al TÓM. Incluso le cantan serenatas al teatro.
Morhec Suinaga, antigua usuaria del TÓM, recuerda una exposición artística alrededor de la estructura. “Participaron muchos niños con sus dibujos”, cuenta. La iniciativa -explican los maracayeros- consiste en mantener una protesta social y cultural.
Comenzó como un grupo de Facebook con el nombre “Devuélvannos el TOM”, explica Ángel Sanabria, uno de sus miembros. “Conversábamos y alguien propuso hacer algo todos los fines de semana”, dice. Voceros de agrupaciones de baile y canto de la localidad se fueron sumando paulatinamente a la protesta.
María Eugenia Lara, del movimiento musical de Aragua, relata sus preocupaciones cuando el techo del teatro fue retirado por varios días. “Parte de lo que nosotros queríamos era que, como habitantes, como usuarios, como amantes de ese teatro de la ópera, ser informados, saber que esas cosas estaban ahí estuvieran resguardadas”, explica.
Peticiones sin respuesta. El grupo “Devuélvannos el TOM” ha enviado varias cartas a la Gobernación del estado Aragua desde 2012 para solicitar la conformación oficial de un grupo observador de las obras de rehabilitación del teatro. Ninguna ha recibido respuesta: Pese al inicio del proceso de remodelación se propuso la puesta en marcha de una contraloría ciudadana a la par del desarrollo del proyecto. No se ha cumplido.
Las dudas se mantienen
El coordinador del Departamento de Patrimonio Histórico de la Gobernación de Aragua, Wladimir Rodríguez, reconoce el desconocimiento de la ciudadanía maracayera sobre el nuevo proyecto. “A todos nos duele el teatro”, manifiesta. Explica que por razones de seguridad no puede dejar entrar a cualquier persona. “Debe ser un ingeniero, alguien que conozca el interior de la obra, los escalones”, dice.
Aclara que se adelantan trabajos de ingeniería civil para luego proceder a la restauración. “Se le está colocando un antialcalino a la estructura. Luego se le pondrá una base verdosa que es para reafirmar el color. Y después se aplica un material (granulite) parecido al original”.
Cristina González.-