CCD | La recaudación de fondos de caridad se ha utilizado para dar cobertura al financiamiento al terrorismo.. En ciertos casos, las asociaciones sin fines de lucro, también denominada organizaciones no gubernamentales (ONG), son una farsa que existe sólo para canalizar dinero a los terroristas. Sin embargo, hay casos donde el financiamiento ocurre sin el conocimiento de los colaboradores, o incluso de miembros de la gerencia y el personal de la propia organización. Ante esta situación, el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) anuncia una nueva guía sobre mejores prácticas para combatir el abuso de organizaciones sin fines de lucro, que se estima estará listo en junio.
Además de apoyo financiero, algunas organizaciones sin fines de lucro también han proporcionado cobertura y apoyo logístico para el movimiento de terroristas y el tráfico ilícito de armas. En este sentido, la Recomendación 8 del GAFI requiere la revisión de las leyes y reglamentos que rigen a las organizaciones sin fines de lucro, para que no sean objeto de ser usadas para el financiamiento al terrorismo.
Los países deben identificar, prevenir y combatir el uso indebido de las ONG a través de un enfoque de cuatro vertientes que implica:
Acercamiento a las asociaciones sin fines de lucro para orientarlas sobre cuestiones de financiamiento al terrorismo
Supervisión o monitoreo.
Recopilación de información e investigación eficaz.
Capacidad efectiva para responder a las solicitudes internacionales dirigidas a obtener información acerca del abuso de organizaciones no lucrativas de preocupación especial.
Sin embargo, el GAFI advierte que las leyes y reglamentos no deben perturbar o desalentar a las organizaciones legítimas de caridad. El Grupo intergubernamental ha establecido la guía mejores prácticas, destinadas a prevenir el uso indebido de las organizaciones sin fines de lucro para el financiamiento al terrorismo y, al mismo tiempo, respetar las acciones legítimas de las ONG.
El documento sobre estas prácticas se emitió por primera vez en octubre de 2002, y fue actualizado en junio de 2013.
La nueva actualización esta rá en sintonía con las nuevas recomendaciones del GAFI que se adoptaron en febrero de 2012, y pone de relieve que las medidas para proteger a las ONG del mal uso, no debe interrumpir o desalentar actividades caritativas legítimas.
El informe destaca que las ONG corren el peligro de ser abusadas por terroristas en diferentes niveles e instancias: desde la apropiación indebida de la recaudación de fondos en la calle hasta la infiltración de organizaciones terroristas en los programa, para promover su ideología.
Destaca el GAFI en su informe que existen otros factores que vuelven a las ONG muy atractivas para las organizaciones terroristas, algunos de los cuales son:
- La globalización, que cambió la forma de funcionamiento de las ONG y las llevan a áreas donde operan redes terroristas. Esto ha creado redes financieras y de logística o transporte que son funcionales para las organizaciones terroristas.
- La enorme fuerza laboral transitoria con la que cuentan las ONG. El hecho de que una importante parte de éstas están compuestas por voluntarios. Los antecedentes de los empleados y voluntarios por lo general no son revisados en forma exhaustiva. Las entidades sin fines de lucro también tienen dificultadas para atraer y retener personal que cuente con experiencia técnica en evaluación de riesgo, cumplimiento y asuntos legales.
- Las ONG por lo general no reciben el escrutinio riguroso al que son sometidos otros sectores, debido a la alta confianza que, por lo general, se tiene de la función social y del buen trabajo hecho por las ONG. Las redes terroristas abusan de esta confianza y se aprovechan de las actividades legales de ONGs desinformadas de la situación, o imitan o crean entidades legítimas.
Entre algunos de las conclusiones que se desprenden del informe sobre tipologías se encuentra que las ONG pueden tener más de una vulnerabilidad y que los terroristas buscarán explotar más de una debilidad. En los casos analizados, el desvío de los fondos de las organizaciones sociales, por parte de entidades terroristas fue el principal método de abuso, sin embargo otros abusos no financieros también aparecían en forma regular como por ejemplo utilizar la organización para reclutar adeptos.
Las organizaciones sin fines de lucro de mayor riesgo son aquellas que participan en actividades de “servicio”, y que funcionan en las proximidades de una amenaza terrorista. Esto puede referirse a una ONG que opera en una zona de conflicto donde existen amenazas activas de terrorismo o que operan en zonas donde la población es blanco de grupos terroristas, en ambos casos la variable clave de riesgo no es geográfico, sino de proximidad con una amenaza activa.
Otra conclusión importante del informe es que para frenar el mal uso de estas organizaciones, o mitigar un riesgo sustancial, se han utilizado diferentes medidas, incluyendo la acusación penal, pero las medidas de cumplimiento, las sanciones pecuniarias y otras sanciones financieras han desempeñadc un importante papel para interrumpir el abuso
En la reunión del GAFI también se exploraron las actuales iniciativas del sector para mitigar los riesgos de financiamiento al terrorismo, incluyendo medidas que están ejecutando organizaciones en zonas de conflicto y ejemplos de mejores prácticas para mantener un buen gobierno, transparencia e integridad del sector. La ejecución errónea o la mala interpretación de los estándares del GAFI puede impactar negativamente en las actividades de legítimas organizaciones de caridad.
El nuevo informe sobre mejores prácticas para combatir el abuso de organizaciones sin fines de lucro, que se estima estará listo en junio, llevará a un mejor entendimiento por parte de países, las ONGs, las instituciones financieras y donantes sobre cómo proteger a estas organizaciones de ser infiltradas o abusadas por terroristas, de acuerdo con los estándares del GAFI y un enfoque basado en el riesgo.
