CuentasClarasDigital | Hay un cambio radical en la dinámica criminal de América Latina, y Venezuela ha sido victima de estos cambios, inicialmente, por su posición como país de tránsito de drogas, por su cercanía a Colombia y lo ocurrido en la zona fronteriza con la presencia de la guerrilla y bandas criminales, conocidas como las Bacrim, lo que ha incidido en el crecimiento de la delincuencia organizada en Venezuela y la diversificación del portafolio criminal de sus grupos.
Tales aseveraciones corresponden al Director de Investigación, Colombia y América del Sur de InSight Crime, Jeremy McDermott, quien fue entrevistado por CuentasClarasDigital, en el marco del Conversatorio organizado por Paz Activa y el Observatorio de Delito Organizado.
Sin embargo, el experto destacó que Venezuela no tiene tradición de crimen organizado, pero se preguntó ¿Qué ha pasado durante los últimos 20 años? “El crimen colombiano, prácticamente, se ha radicado en este país y ha tenido un efecto, como un cáncer, en algunas de las instituciones. Eso ha dado luz al crimen organizado venezolano, algo que hoy enfrentamos”.
Citó dos condiciones que son propicias para el establecimiento de la delincuencia organizada transnacional. El primero es la búsqueda de rutas. No es un secreto- aseguró- que una de las principales rutas para el tránsito de la cocaína colombiana es Venezuela, esa droga llega a Europa, vía África, entra a España y Holanda, entre otros países.
Jeremy McDermott abarcó en segundo lugar lo que definió como los cambios en los métodos de pagos a los contratistas transportistas de las drogas, Anteriormente, les pagaban con una determinada cantidad de dólares, hoy el pago se realiza en cada país de tránsito, lo que ha originado el aumento del consumo de drogas, en México, Honduras, Argentina Brasil, que ocupa el segundo lugar después de Estados Unidos, En términos generales, América del Sur es el mercado de drogas más grande.
Asegura que ha cambiado la naturaleza del crimen, porque ya no es sólo un problema de los gringos o de Europa, hoy en día es un problema de todos.
El microtráfico de drogas ha dado luz a una nueva generación de grupos criminales. El más bajo es la pandilla, que gana mucho dinero. Del microtráfico pasan a la extorsión, delito que es impresionante en América Latina.
– Se habla que delincuentes venezolanos pasan a Colombia ¿Eso ocurre realmente?
– Es al contrario. El crimen organizado siempre ha tenido presencia en Venezuela. Lo que ocurre es que ahora el crimen organizado en Colombia se ha fragmentado. Los grandes cárteles no existen, funcionan ahora las Bacrim, no hay grandes jefes, son grupitos por regiones. El grupo más grande es Los Urabeños, que subcontrata a varios actores criminales. Hoy en día son internacionales y tienen oficinas de cobro en Panamá, Honduras, Costa Rica, Bolivia, Argentina, España y en San Cristóbal (Venezuela). Como subcontratan a organizaciones criminales nacionales, esto podría estar pasando en Venezuela.
– ¿Cuál es la situación real de las Bacrim en la frontera colombo venezolana?
– El principal problema es el narcotráfico. Se estima que transitan por Venezuela unas 200 toneladas de cocaína.
– Hace muchos años que se cita la misma cantidad ¿Cuál es la fuente de esta información?
– La verdad, es muy difícil hoy en día calcular el total de las drogas que transitan por Venezuela, porque supuestamente Colombia está produciendo 190 toneladas al año, lo que nadie cree. Eso es como las cifras de las Naciones Unidas. Las incautaciones son estimaciones, no hay estadísticas, es muy difícil medir que esta pasando en término de criminalidad en Venezuela.
– ¿Qué confianza generan las estadísticas oficiales sobre decomiso en Venezuela?
– Para nosotros, la confianza es cero, es cero credibilidad. Cuando un país no está dispuesto a publicar los índices de homicidios, que es la medición básica de la criminalidad, no podemos confiar en las declaraciones de otros asuntos.
– De llegarse a un acuerdo de paz en Colombia ¿incidiría en la disminución del tráfico de drogas?
– Ese es uno de los asuntos que estamos estudiando. La historia en esta materia en Colombia es una historia de reciclaje de la economía y manos de obras criminales. En 1991 el grupo EPL (Ejército Popular de Liberación se desmovilizó, unos 2500 hombres, y un gran porcentaje entró a las Autodefensas campesinas de Córdoba y Urabá y posteriormente fueron las Autodefensas Unidas de Colombia. De la desmovilización de 2006 surgieron las Bacrim. Siempre hay ese reciclaje y el narcotráfico sigue vigente. Si las FARC llegan a un acuerdo, lo que esperamos es que no reciclen a los criminales.