El Banco Central de Venezuela discute con su contraparte de China la posibilidad de realizar un intercambio de monedas, una operación que le permitiría al país sudamericano aumentar el nivel de sus menguantes reservas internacionales, dijeron a Reuters dos fuentes familiarizadas con la negociación.
La exclusiva de Reuters escrita por la periodista Corina Pons, afirma que de concretarse, el «swap» con el Banco Popular de China permitiría contabilizar en las reservas de Venezuela yuanes por un equivalente de 3.000 millones de dólares, detalló una de las fuentes, generando liquidez para importar productos chinos sin tener que usar dólares cruciales para el pago de deuda externa.
Las discusiones para el posible intercambio de bolívares por yuanes comenzaron «al menos desde principios de año», agregó la fuente.
No quedaba claro si las partes estaban cerca o no de cerrar el acuerdo, coincidieron los dos entrevistados, que pidieron mantener sus nombres en reserva por no estar autorizados a hacer declaraciones.
El Banco Central de Venezuela no respondió a solicitudes de información hechas por Reuters. Una funcionaria del Banco Popular de China dijo que no tenía información sobre un posible «swap».
China es el principal prestamista de Venezuela, un país miembro de la OPEP que cancela sus deudas enviando crudo a la potencia asiática. El financiamiento chino a Caracas otorgado desde el 2007 asciende a 50.000 millones de dólares.
Con la caída del precio del crudo, los controles cambiarios que no funcionan bien y la baja en el precio del oro, las reservas internacionales de Venezuela se han erosionado y rondan mínimos de 12 años mientras el país sufre una recesión con alta inflación y escasez de productos básicos.
A fines del año pasado, el presidente socialista Nicolás Maduro aprobó una ley para que el Banco Central pueda contabilizar en sus reservas otras divisas diferentes al dólar o al euro, y metales preciosos distintos al oro monetario.
«Nuestra cooperación con Venezuela es muy importante para nosotros. En línea con los principios de equidad e intereses mutuos, así como de cooperación y ganar-ganar, siempre hemos adelantado y fortalecido nuestra cooperación en una variedad de áreas que incluyen la financiera», dijo Hua Chunying, portavoz del ministerio de Exteriores de China.
Sin embargo, la funcionaria aseguró que no estaba «familiarizada» con un intercambio de monedas.
China ha concretado «swaps» con bancos centrales de más de una veintena de países. Con Argentina, por ejemplo, firmó un acuerdo para intercambiar el equivalente de hasta 11.000 millones de dólares que ingresaron a sus reservas desde el año pasado.
¿BENEFICIO PARA CHINA?
Pekín ha dejado claro en los últimos años su interés por destronar al dólar como divisa de referencia. Después de haber sufrido una profunda depreciación en sus monedas, más países latinoamericanos que exportan materias primas a China podrían optar por el yuan para abaratar costos.
Pero en el caso de Venezuela, no quedaba claro de inmediato cuál podría ser el interés del gigante asiático por bolívares, una moneda atada a un férreo control de cambios desde el 2003 que se sigue depreciando en el mercado negro. En parte por eso las negociaciones entre los dos bancos centrales se están prolongando, dijo una de las fuentes.
Venezuela ha aplicado este año distintas recetas para elevar sus activos líquidos en reserva: al menos dos canjes de oro monetario por efectivo y la liquidación de parte de sus certificados de ahorro en el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Con estos mecanismos el país obtuvo unos 10.000 millones de dólares este año, según cálculos de la firma local Síntesis Financiera. Petróleos de Venezuela (PDVSA), la mayor fuente de ingresos estatales, inyectó a las reservas otros 11.900 millones de dólares hasta octubre, un tercio de lo que colocó en el 2014.
Así, las reservas del país se ubican en 14.819 millones de dólares, un desplome desde los alrededor de 22.000 millones del cierre del año pasado y el monto más bajo desde marzo del 2003, cuando la industria petrolera estuvo detenida por una huelga.
La caída en picada de las reservas mantiene preocupados a los inversores por la posibilidad de que el país no logre cumplir con sus deudas, aunque Maduro ha dicho que el Gobierno nunca ha dejado de pagar su deuda y que los temores son producto de una campaña de sus opositores de derecha.
Reuters