París| La autoridad antifraude de Francia puso en marcha una investigación sobre emisiones contra Renault SA y otros fabricantes de automóviles, dijo el jueves Emmanuel Macron, ministro de Economía francés, profundizando así el escrutinio de la industria automotriz europea tras el descubrimiento de que Volkswagen AGhizo trampa en las pruebas de emisiones en Estados Unidos.
Macron confirmó que inspectores del organismo francés de control de la competencia, el consumo y el fraude (DGCCRF, por sus siglas en francés), que pertenece a la órbita de su ministerio, realizaron allanamientos en la sede central de Renault el 7 de enero. La empresa, por su parte, dijo que también fueron requisadas sus instalaciones de ingeniería en Lardy y un centro técnico en Guyancourt, al sur y al oeste de la capital francesa, respectivamente.
El Ministerio de Transporte y Medio Ambiente de Francia reveló que Renault y otros fabricantes no pasaron las pruebas de emisiones especiales realizadas luego del escándalo de Volkswagen.
En octubre, ese ministerio formó una comisión para examinar 100 autos de toda la industria francesa, incluyendo 25 modelos de Renault. Algunos de los vehículos, incluyendo uno de Renault, excedieron los límites legales sobre el óxido nitroso y dióxido de carbono, dijo la entidad.
El gobierno francés, el mayor accionista de Renault, se enfrenta a un delicado acto de equilibrio entre la necesidad de hacer cumplir las leyes de aire limpio y salvaguardar el futuro de la industria automotriz nacional.
La investigación es un duro golpe para Renault, que ha tratado de distanciarse del escándalo de las emisiones en los autos diésel de Volkswagen. Alrededor de la mitad de los autos que vende Renault usan motores diésel.
El jueves a la mañana, después de que Agence France-Presse publicó la noticia de los allanamientos, la acción de Renault llegó a caer hasta 20% en la bolsa parisina. Luego se recuperó parcialmente y cerró la jornada con una pérdida de 10,2% respecto del día anterior.
Macron dijo que la situación de Renault no es “de ninguna manera comparable” a la de Volkswagen, y agregó que confiaba en el fabricante de automóviles francés.
Los inversionistas han estado muy nerviosos desde que en septiembre pasado los reguladores de EE.UU. revelaron que Volkswagen había manipulado durante años los motores diésel de sus modelos para burlar las pruebas de emisiones. VW admitió que había instalado en algunos vehículos un software que altera las mediciones de emisiones, exponiéndose así a sanciones que podrían ascender a los miles de millones de dólares.
El escándalo en EE.UU. provocó una ola de investigaciones por parte de las autoridades europeas sobre Volkswagen y muchos de sus rivales.
PSA Peugeot Citroën, otro gran fabricante francés de vehículos con motor diésel, dijo que no era objeto de una investigación de las autoridades antifraude.
Ni Peugeot ni Renault venden sus autos en EE.UU., que tiene normas de control de emisiones más estrictas que las de la Unión Europea. Los organismos reguladores de Francia y otros países europeos han permitido normalmente que las automotrices presenten a las pruebas de control los denominados “vehículos dorados” que registran menos emisiones que los autos de calle. Es sobre esos autos que se practican las pruebas de laboratorio.
Florent Grimaldi, un representante del sindicato en la planta de Lardy, dijo que los inspectores pasaron un día examinando computadoras de los directivos de Renault. El centro de ingeniería se dedica al desarrollo de motores y contiene algunas actividades de prueba de emisiones, agregó Grimaldi.
Se espera que los fabricantes de automóviles de Francia, entre ellos Renault, comparezcan ante la comisión especial establecida por el Ministerio de Transporte y Medio Ambiente para explicar por qué sus autos fallaron las pruebas recientes de carretera y cómo van a mejorar su desempeño, dijo el ministerio.WSJ