En su carta abierta a “A los venezolanos” denuncian la opacidad informativa de esa institución, los cambios metodológicos que alteran “las verdaderas” cifras, como el PIB y la balanza de pagos. Afirman que “Al nepotismo ahora se une la corrupción abierta”, también el detrimento de los beneficios y condiciones salariales de los empleados del banco y el manejo caprichoso del presupuesto de ayudas sociales por parte de la presidencia del banco.
A los venezolanos
De nuevo, un conjunto de técnicos del BCV nos dirigimos al país para exponer un conjunto de problemas que afectan a la institución. Lo hacemos por esta vía y de esta manera debido a que en el BCV impera la persecución política, los teléfonos están pinchados y los correos electrónicos intervenidos.
1. Es normal que un banco central realice operaciones de canje con el oro. Lo que es reprochable es que el Directorio del Instituto no informe de manera oportuna y clara acerca de la naturaleza, términos y condiciones de las transacciones con el oro monetario.
2. Continúa la opacidad informativa. Feneciendo el mes de marzo de 2016, todavía el Directorio no autoriza la edición de las cifras del PIB y la balanza de pagos correspondientes a 2015. Tales cifras ya están calculadas y procesadas. Lo más grave de todo es que se han hecho cambios de metodología que alteran las verdaderas cifras.
3. Al nepotismo a ahora se une la corrupción abierta. Maritza Balza, persona muy cercana a Nelson Merentes, sigue fungiendo como especie de mandamás en el BCV, con cargos que rebasan claramente sus capacidades técnicas a lo que se agrega la vuelta al BCV de Julio Viloria, ex presidente del IVSS y ex director del BCV, a quien cesantearon por manejos dolosos.
4. A nivel de las condiciones de vida de los empleados y obreros, se nota una absoluta desmejora. Los salarios se han rezagado considerablemente y los créditos para adquirir vivienda no compensan el costo de las mismas. Los ingresos reales de los trabajadores del BCV se han reducido dramáticamente.
5. El presupuesto de ayudas sociales, especie de partida secreta, que maneja el presidente Nelson Merentes, es indubitable. Con cargo a esos fondos se organizan fiestas y eventos en Naiguatá y se entregan millones de bolívares en efectivo, sin control alguno.
LaPatilla.com