Una lista para nominar y avergonzar pero que también incluirá sanciones. Primero tendrá uso interno para ser usada por la UE como amenaza para que los países señalados adopten medidas correctoras. Si no lo hacen, saldrán los nombres publicados en la versión definitiva.
El Comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovicin en un encuentro con varios medios europeos mostró su indignación por las revelaciones de los «papeles de Panamá» e instó a los Estados Miembros a aprovechar la ocasión para apoyar las propuestas de la Comisión Europea en la lucha contra la elusión y el fraude fiscal
«Los Estados Miembros tienen que asumir su responsabilidad. Tienen que ser tan ambiciosos como lo somos nosotros para prevenir este tipo de comportamientos horrorosos en el futuro».
Y entre esas ideas para las que Moscovici confía en ganar tracción, sobresale la lista negra paneuropea de paraísos fiscales. «Antes de los papeles de Panamá era importante avanzar hacia ello, después, o durante, porque esto todavía no ha terminado, es absolutamente esencial […] Lo que digo son dos cosas: Primero, me siento reforzado para pedir que se cree esta lista, y segundo, la necesitamos rápido. Yo digo seis meses».
El propio Moscovici reconoce que es un objetivo ambicioso -«probablemente es demasiado»- pero enseguida se enmienda: «Necesitamos ir rápido. Muy rápido».
En estos momentos, lo más parecido a una lista negra europea es la que la propia Comisión hizo en junio del año pasado incluyendo todos los países que alguno de los Veintiocho consideraba «jurisdicción no cooperativa en asuntos fiscales». Pero los criterios de cada país son distintos. Portugal identifica más de 80 paraísos, pero Alemania ninguno. Panamá era ‘no cooperante’ sólo para ocho Gobiernos, pero no para los 20 restantes… El resultado fue algo burdo, reconoce el propio Mosvocici.
La idea ahora es definir cuanto antes una serie de criterios comunes para identificar qué es un paraíso fiscal. Entonces los Gobiernos marcarán los países que, en su opinión, cumplen esos criterios, y con esos mimbres se construirá una lista única en octubre. Según explican fuentes comunitarias, esta sería primero de uso interno. La UE la utilizaría como amenaza para que los países señalados adoptaran medidas correctoras. Si no lo hacen, saldrán en la versión definitiva.
La filosofía que pretende aplicar la Comisión es clara: «Nominar y avergonzar es bastante útil. Estar en una lista es un incentivo poderoso para que un país quiera salir de ella y vaya lo más lejos posible en la implementación de los estándares globales de gobernanza», afirma el comisario. Sin embargo, también contempla sanciones: «Si hay una lista, tiene que haber sanciones. Y estas se estudiarán».
Y aunque todavía no están consensuados los criterios, Moscovici ya tiene un candidato en mente para entrar en la lista: «A diferencia de otros países, Panamá no ha querido entrar en diálogo con la UE. Me preocupa especialmente que no quiera adherirse a los estándares globales de información de la OCDE. Urjo a Panamá a replanteárselo».
Pero además de la lista negra, Moscovici confía en que los ‘Papeles de Panamá’ le ayuden a sacar adelante otras iniciativas, como el desglose público de información país por país, propuesta que presentará el próximo martes a la directiva antievasión fiscal, presentada en enero y que necesita el visto bueno de los 28 Gobiernos.
Con esta última directiva, la Comisión Europea quiere vetar ciertas prácticas utilizadas por las multinacionales para traspasar beneficios a las jurisdicciones fiscales con tipos impositivos más favorables. Para el francés es fundamental: «La parte de esas propuestas que ataja las sociedades instrumentales, como las de Panamá y otros paraísos fiscales, es la cláusula general antiabuso. Necesitamos esta cláusula. Absolutamente. La necesitamos ya».
Esta cláusula que propone la Comisión es una especie de cajón de sastre que se aplicaría cuando las autoridades crean estar ante un caso de ingeniería fiscal artificial, pero no pudieran encajar la práctica en ninguno de los casos tipificados. Según la propuesta comunitaria del 29 de enero, la directiva «permitiría a las autoridades fiscales ignorar estructuras fiscales totalmente artificiales» y gravar «en base a la sustancia económica real».
«La pelota está en el tejado de los Estados Miembros. Espero que den prioridad a esta directiva y la aprueben completamente. Les diré a aquellos ministros, que si bien no reticentes, sí están siendo más prudentes que ser prudente no es una opción. No hay excusas para retrasarlo […] Si solo aprobamos la mitad de la directiva, solo recorreremos la mitad del camino», advierte el comisario.
FUENTE: http://www.controlcapital.net/