El proyecto completo de la red ferroviaria del país tenía fecha inicial de entrega en 2021, pero los retrasos cunden. Ni los tramos prometidos para 2012, 2013, 2014 y 2015 fueron completados a tiempo.
Angel Monagas detalla el saqueo ferroviario en lapatilla.com:
En efecto, la rehabilitación de los tramos Puerto Cabello-Barquisimeto, Yaritagua-Acarigua, visto lo que hasta ahora he investigado, no pereciera ser el desarrollo de una obra estratégica para el país, sino una forma expedita y desvergonzada que algunos altos funcionarios de esa institución han inventado para hacerse millonarios en muy poco tiempo.
La obra fue prometida por el entonces Presidente Chavez para noviembre del 2006, tiene ya un retraso de más de 10 años. Prometieron entregarla en noviembre del 2007. Según las proyecciones y el cronograma de trabajo, para ese año debería haberse desarrollado más del 50,4% y la realidad es que apenas se ejecutó un 10,1%.
¿Sabía esto el Presidente Hugo Chávez? Lo escuchamos hablar del plan ferroviario en sus múltiples alocuciones públicas, asegurar fechas de inauguración, sin darse cuenta que en algunos predios de sus jardines estaban quienes conspiran contra la obra. Diferentes ministros de infraestructuras pasaron. Basta revisar las relaciones que tenía Fondur, en tiempos de Ramón Carrizales, con una empresa propiedad de Angel García Ontiveros, cuando fue presidente del IFE (antes IAFE).
Los estudiosos del tema sobre los trabajos que ejecuta el IFE en el Centroccidente del país, concretamente los tramos Puerto Cabello-Barquisimeto, Yaritagua-Acarigua tienen fuertes indicios para sospechar sobreprecios por el orden de los 7 millones de dólares en compras de materiales. Por razones que debió explicar el presidente del IFE, Ing. Angel García Ontiveros, se decidió comprar el juego de fijaciones por 24,72 dólares a Plásticos Mondragón, S.A, consorcio español que cotizó las piezas marca J2. Con estas mismas especificaciones, una empresa de nombre Redalsa, SA, también española, cotizó cada pieza a 13,78 dólares, es decir, se pagó cada fijación casi once dólares más cara. Se advierte a los lectores que la compra fue de 561.497 conjuntos de fijaciones. Saquen las cuentas.
¿Qué pasó aquí? ¿Cómo es que entre una empresa española y otra, hay tal diferencia en los precios de las fijaciones? Ambas cotizaron el mismo tipo de fijaciones (J2) ambas con precios que incluían la puesta del producto en puerto venezolano. La certificación de ISO 9001:2000, válida hasta el 2007 de la empresa Redalsa, SA, es decir, la empresa que desechó García Ontiveros no es ninguna firma comercial pirata. ¿Por qué fue descalificada si su oferta es más económica casi once dólares por cada pieza? Tal vez la respuesta la podemos conseguir en una solicitud de pago a cuenta (valuación 1) a favor de Plástico Mondragón, por el monto superior a los 171 millones de bolívares. Resulta que esta solicitud de pago a cuenta llega a la ingeniera Sarit Viana, inspectora de la obra, ya firmada por el Ing. Rafael Bermúdez, para la fecha jefe de División de Ejecución, y por el Ing. Rubén Grillet, gerente de Construcción del IFE de la época. Alguna extraña energía bolivariana (léase bolivarera) habría hecho que estos funcionarios en su tiempo firmaran antes de quien debería certificar, previo a proceder al pago, que, en efecto, la obra se había realizado. ¿Por qué se paga tan rápido por un suministro de fijaciones con pernos de medidas imprecisas, que es necesario devolver a España y que ocasionaron, meses más de retrasos a la obra?… Inspección.
Otra pregunta que debería responder el Presidente del IFE, es por qué se pagaron 217.632.408,16 millones de bolívares a César Manuel Cabrera Ingeniería Técnica, por la “inspección técnica y administrativa para la fabricación, suministro, transporte, descarga y apilamiento de durmientes Dywidad en el subtramo La Encrucijada- San Diego y rehabilitación del tramo Puerto Cabello-Barquisimeto y Yaritagua-Acarigua”?
Deben saber los lectores que el IFE pagó 13 millardos de bolívares a la Gerencia Técnica e Inspección FerreOccidente, una instancia compuesta por las empresas Otepi Consultores, RGR Ingenieros y una empresa propiedad del Estado Español, de nombre Ineco. Esta Gerencia Técnica debe, por el monto ya indicado, inspeccionar la obra hasta el final.
Es abominable el desparpajo del presidente del IFE, García Ontiveros, cuando, de puño y letra firma una carta dirigida al Ing. César Cabrera donde expresa: “me dirijo a Ud. con el fin de solicitarle presentar su oferta e iniciar sus actividades mientras se libra el proceso administrativo”. En otras palabras, García Ontiveros le dice: dame tu oferta y, sin importar el monto, sin averiguar si alguien lo puede hacer más barato, empieza a trabajar mientras te busco los reales para pagar. Y si acaso no hubiesen ya suspicacias en torno a esta decisión, en la solicitud de pago a cuenta a favor de César Manuel Cabrera Ingeniería Civil, se repite la extraña práctica que violenta y altera los procedimientos administrativos, donde un jefe de División de Ejecución (Ing. Rafael Bermúdez, C.I 4.722.037) y un gerente de Construcción (Ing. Rubén Grillet, C.I 6.979.733) firman antes que la ingeniera Sarit Viana, quien debe, antes que cualquiera, certificar que los trabajos están hechos a entera satisfacción del IAFE. Este caso es mucho más irregular que el anterior por cuanto se anexa, en la solicitud de pago a cuenta, un acta de inicio donde la ingeniera Sarit Viana, entre otros funcionarios del IFE, reunidos en Caracas, el 30 de marzo del 2005, firman un documento dejando constancia del inicio del contrato a favor de César Manuel Cabrera Ingeniería Civil.
Pues bien, un documento (memo CGRSFCO-B-11/005, de fecha 14 de septiembre de 2005) donde la ingeniera Sarit Viana le escribe al Ing. Rubén Grillet, gerente de Construcción, que no puede avalar tal solicitud de pago a cuenta porque ella ingresó al IAFE el 1 de abril del 2005. Demás está señalar que la ingeniera Sarit Viana está entre la larga lista de despedidos (casi 100 en total) que ya tiene en su haber el Presidente del IFE.
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