El rompecabezas de PDVSA atrapa a un gigante de la inversión alternativa

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wall-street-journal-americas-2201718w620Oaktree Capital Management LP es conocido por su astuto respaldo a empresas en problemas. Sin embargo, una disputa por la reestructuración de un grupo de compañías de servicios para yacimientos de petróleo y gas pone de relieve los riesgos de este método de inversión.

| En la imagen, una plataforma de PDVSA en el Lago Maracaibo. Foto: Bloomberg News

Seis años atrás, Oaktree invirtió en Gulmar Group, un contratista de servicios petroleros submarinos cuando las compañías de Gulmar quedaron cortas de efectivo tras la expropiación de sus activos por el gobierno venezolano. Más tarde, obtendrían una gran compensación en un proceso de arbitraje contra la estatal Petróleos de Venezuela SA (PDVSA), pero ahora la pertenencia de ese dinero es objeto de disputa entre Oaktree y algunos accionistas minoritarios de Gulmar.

El año pasado, esta disputa llevó a un tribunal de Emiratos Árabes Unidos a sentenciar a la cárcel a un empleado de Oaktree. Una corte federal en Sharjah, EAU., condenó a Martin David Graham, vicepresidente sénior de la oficina de Londres de Oaktree, por “abuso de confianza”. El cargo se basó en acusaciones del fundador de Gulmar de que, como director gerente de una de las firmas de Gulmar, Graham vendió en nombre de Oaktree una porción de la compensación de US$644 millones de PDVSA.

Oaktree afirmó en un comunicado que las acusaciones contra Graham no tenían base jurídica y que espera que el conflicto con los accionistas de Gulmar “será resuelto en el curso normal de los negocios”. La gestora de capitales agregó que “el Sr. Graham no recibió ninguna notificación previa de (los cargos) y por ende no tuvo oportunidad de presentarse o defenderse. Oaktree espera plenamente que la condena, que carece de fundamento fáctico, sea revocada o retirada”.

Oaktree, con sede en Los Ángeles, es el mayor inversionista mundial en deuda en problemas y es conocido por sus estrategias que van contra la corriente y que otros consideran demasiado riesgosas, como hipotecas residenciales que compró después de la recesión económica o activos europeos que adquirió durante la crisis de deuda de la región. La estrategia de comprar empresas atribuladas también ha dejado a la firma envuelta en peleas judiciales, procesos de bancarrota y batallas con los acreedores.

La inversión de Oaktree en Gulmar fue una inversión riesgosa desde el principio, dada la precaria posición financiera de sus compañías. Gulmar había sido contratado para trabajar en la infraestructura petrolera venezolana en 2008, pero luego de una disputa por pagos, el gobierno de Hugo Chávez nacionalizó temporalmente tres de los buques de Gulmar y dejó a sus compañías con una agobiante necesidad de efectivo. En agosto de 2010, un fondo de Oaktree pagó US$100 millones por una participación de 78% en el grupo.

Un poco más de un año después de su inversión, luego de fallidas negociaciones de reestructuración, Oaktree retiró su financiación de Gulmar, puso las empresas en liquidación y compró sus activos principales, según un informe del administrador de las compañías.

En la liquidación, la principal compañía operativa de Gulmar y tres de las embarcaciones de Gulmar fueron vendidas a una filial de Oaktree con sede en las Islas Caimán por cerca de US$640.000 en efectivo, más la reducción de unos US$60 millones que le adeudaba a Oaktree. Oaktree también asumió otras deudas sobre los activos.

Esta reestructuración dejó a los accionistas minoritarios de Gulmar como propietarios del esqueleto de una empresa. No obstante, conservaban una potencial ganancia en la forma de un reclamo de violación de contrato contra PDVSA, que era demandada por una subsidiaria de Gulmar llamada Gulmar Offshore Middle East (GOME), con sede en Sharjah.

Graham fue nombrado director gerente de esa empresa en 2012 y encabezó los esfuerzos para hacer que PDVSA pague. Al año siguiente, ayudó a obtener un fallo de US$644 millones contra PDVSA de un panel de arbitraje de Londres.

El dinero debía ser compartido por GOME y Kaplan Industry, una empresa panameña que también formaba parte del contrato con PDVSA. Lo que no está claro, sin embargo, es cuánto de los US$644 millones terminó recibiendo GOME.

PDVSA indicó en su informe anual de 2014 que pagó toda la suma. No obstante, una persona al tanto del asunto dijo que GOME acordó conciliar con PDVSA por una fracción del monto total. Los términos del acuerdo extrajudicial son confidenciales, dijo el administrador de Gulmar Group.

GOME le pagó a Oaktree, su único acreedor garantizado, parte de la compensación de PDVSA —los documentos de la administración no especifican cuánto— y luego, en julio de 2015, se acogió a la ley de bancarrota. Su administrador, AlixPartners LLP, había recibido, al 31 de marzo, otros US$74 millones de la compensación de PDVSA, dinero que planeaba distribuir a los acreedores no garantizados de GOME. AlixPartners no quiso comentar al respecto. PDVSA y Kaplan Industry no respondieron a pedidos de comentarios.

Las acusaciones contra Graham fueron presentadas por el fundador de Gulmar Group, Jean-Michel Tissier, un francés radicado en Sharjah que lidera un grupo de inversionistas minoritarios que consideran que tienen derecho a una porción de la compensación de PDVSA.

El tribunal sentenció a Graham a tres años de cárcel y le ordenó pagar el equivalente a unos US$1,6 millones a Tissier, según documentos judiciales. Graham sigue siendo empleado de Oaktree en Londres. The Wall Street Journal

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