CCD | DóndeEstánLosDólares.- Naman Wakil, el humilde inmigrante sirio que llegó a Venezuela en los años 70, es hoy uno de los hombres más ricos del país. Pertenece a la denominada boliburguesía, el grupo de seudo empresarios y altos funcionarios del régimen que se enriqueció robando las arcas del país desde el inicio de la denominada revolución bolivariana. (En la gráfica, a la derecha, Wakil en los Alpes suizos)
Su fortuna, calculada en más de 400 millones de dólares en un solo banco, proviene del saqueo orquestado contra las instituciones públicas encargadas de importar los alimentos de los venezolanos.
La trama que urdió a partir de 2007 – que aún continúa – para defraudar cientos de millones de dólares al Estado, no hubiera podido concretarse sin la complicidad de altos funcionarios en el ministerio de Alimentación y en la Corporación de Abastecimientos y Servicios Agrícolas (CASA).
Entre 2007 y 2010, cuando despachaban desde el ministerio de Alimentación, Rafael Oropeza, Félix Osorio y Carlos Osorio Zambrano, y en CASA mandaban Omar Duarte y el coronel Sergio Caldera García – este último estrecho colaborador de Rodolfo Marco Torres – Wakil registró 12 empresas de maletín en Panamá, en su mayoría con nombres casi idénticos a legítimas compañías exportadoras de alimentos de Brasil.: Perdigao Agroindustrial Group Inc., Quatro Marcos Ltda SA, Corp Doux Frangosul Agro Avícola Industrial SA, Alimentos Universal Trading Inc., Atlas Systems International Inc, M & V Trading International Inc, All Food Universal Corp., Frigorífico Concepción SA, Frigomerc SA, Ad ´Oro SA y Frigorífico Agrofrio SA.
En todas su nombre aparece como presidente y directivo o resulta ser el beneficiario final. Esta red sirvió para realizar decenas de millonarias negociaciones con CASA, y otros organismos públicos, permitiendo así que Naman Wakil entrara en el exclusivo club de los proveedores favoritos del régimen.
CASA clonada
El 3 de agosto de 2009, fortalecido por la impunidad que disfrutaba, dio un paso más allá y creó el clon de la propia CASA. Fue así como registró en Panamá la empresa Corporacióm de Abastecimiento y Seguridad Agroalimentaria SA, (CASA) en la que el propio Wakil aparece como presidente-director. Esta empresa de maletín aún está activa.
La similitud en los nombres de las empresas de maletín de Wakil (a las que hemos denominado empresas-espejo) con las verdaderas de Brasil es una de las claves para entender la que pudiera ser una de las mayores estafas realizadas en el sector de alimentos de la que se tenga conocimiento.
El modus operandi es el siguiente: Wakil le compra carne o pollos a precios con grandes descuentos a las empresas cariocas pero vende a CASA con sobreprecios exhorbitantes. El descuento que consigue se debe a la adquisición de mercancía con fecha de caducidad próxima – la cual se vende a precios de ganga en el mercado internacional – o a que se trata de carne de ínfima calidad.
A la hora del pago, CASA realiza las transferencias con sobreprecios millonarios, a las cuentas de las empresas-espejo de Wakil y sus cómplices en paraísos fiscales. Luego Wakil cancela los precios convenidos a los verdaderos proveedores de Brasil y se embolsaba los dólares del sobreprecio, los cuales cambia en el mercado negro de la divisa estadounidense obteniendo ganancias grotescas con el diferencial cambiario.
Un ejemplo claro del modus operandi de esta red delictiva es el caso del fraude en la importación de trece toneladas de mortadela para CASA, detallada en El Gran Saqueo (2015) de Tablante y Tarre. Un banco de Curacao retuvo el pago de CASA por 12.790.000 dólares a la cuenta de Perdigao Agroindustrial Group Inc., empresa-espejo de la brasileña Perdigao Agroindustrial S.A., creada por Wakil y lo obligó a apersonarse en la isla para justificar la operación. Finalmente, los fondos fueron liberados y el banco cerró la cuenta de Wakil.
De esta manera, por la similitud en los nombres, se quiere hacer creer que se trata de adquisiciones directas realizadas por el gobierno venezolano a empresas de Brasil – lo cual debería disminuir los costos – cuando en realidad se está comprando a un privilegiado intermediario que monopoliza las ventas y además aumenta los precios en varias decenas de millones de dólares.
Como parte del entramado delictivo, Wakil registró en 2009 en Sao Paolo, Brasil, la empresa Michi Foods – Producao, Comercio, Distribuicao, Importacao e Expotacao de Alimentos Ltda, con un capital de 100 mil dólares. Figuran como socios Maria Clara Maluta de Melo y la empresa panameña All Food Universal Corp cuyo presidente y director es Naman Wakil.
Michi Foods ocupaba en 2012 el puesto 38 entre las 100 principales empresas brasileñas que exportaban a Venezuela, ubicandose los montos negociados entre los 10 y los 50 millones de dólares.
Con CASA clonada, la empresa registrada en Brasil y la veintena de empresas-espejo panameñas, Wakil y sus cómplices tenían el tinglado completo. Movieron y lavaron cientos de millones de dólares haciendo múltiples transferencias entre las cuentas de unas y otras en paraísos fiscales hasta ocultar el origen del dinero.
Algunos de esos movimientos se pueden observar en los estados de cuenta de Michi Foods y Doux Frangosul Agro Avícola Industrial S.A. de 2011 en el banco suizo CBH. En el segundo de ellos, en un solo ejemplo, se distinguen nueve pagos efectuados por CASA a la empresa-espejo de Wakil por un monto cercano a los 6 millones de dólares.
Fraude, sobreprecios, sobornos, delitos cambiarios, legitimación de capitales y robo de identidad son algunos de los delitos cometidos por la red incrustada en los más altos niveles del gobierno, pero no todos.
Carne no apta para consumo humano
Fuentes del ministerio de Alimentación y de CASA que pidieron resguardar su identidad, señalan irregularidades aún más graves: En la importación de carne de Brasil hubo ocasiones en las que la mercancía no era apta para consumo humano.
«No solo sobrefacturaban (Wakil y sus cómplices) de manera escalofriante cada uno de los rubros que importaban sino que también en muchas ocasiones negociaron alimento para consumo animal, teniendo para ello a un operador experto en Brasil conocido en el medio como (TUPA) Tupanangil Tricai Magalraes, que compraba carne devuelta de Europa por problemas de calidad y destinada para consumo animal , la que era reempacada luego en Michi Food y enviada a Venezuela como carne de primera calidad. Varias veces los contenedores del supuesto alimento llegaron podridos a Pto Cabello».
En los casos en que se detectó la descomposición de la mercancía en los puertos, el proveedor – Naman Wakil u otro- ofrecía compensar a la institución por el daño, pagando el costo de la mercancía que había sido adquirida por el gobierno con dólares a la tasa preferencial de 4,30, pero en bolívares. Es decir, que el proveedor sólo tenía que cambiar en el mercado negro una parte de los dólares recibidos de CASA para conseguir los bolívares necesarios para cubrir la indemnización y se embolsaba el diferencial cambiario, obteniendo así millonarias ganancias.
Asegura la fuente que tales episodios están registrados en CASA y son del conocimiento de dos altas funcionarias de confianza tanto del general Osorio como de Marco Torres, quien también fuera presidente de CASA y es el actual ministro de Alimentación. Se trata de la ex gerente de Administración y Finanzas, Lorna J. Romero Rodríguez – actualmente directiva del Banco del Tesoro – y Yenny C. González Naranjo, la actual presidenta de CASA, quien fuera directora del despacho de la presidencia de CASA y gerente de Inspecciones.
Esta podría ser la explicación de una de las peores estafas sufridas por Venezuela: el caso conocido como Pudreval.
La conexión con Pudreval
Fuentes no oficiales señalan que el Estado venezolano gastó más de 2.400 millones de dólares en la compra de un millón de toneladas de comida en el marco del plan alimentario de emergencia decretado por Hugo Chávez en 2008. De esa suma, solo se habría vendido a la población el 14 por ciento. El resto fue hallado en estado de descomposición en contenedores ubicados en Puerto Cabello, Valencia y Tinaquillo. La Contraloría General de la República sólo reconoce que la Productora y Distribuidora Venezolana de Alimentos (Pdval), bajo la responsabilidad de Rafael Ramírez, presidente de Pdvsa, dejó perder 116.808 toneladas de alimentos.
En su momento, las explicaciones oficiales se refirieron a tres posibles causas: sobrecompra de alimentos, congestionamiento de los puertos y falta de infraestructura. No se mencionó el tema de sobreprecios ni de sobornos y mucho menos de delitos cambiarios, irregularidades que apuntaban directamente al gobierno.
Para que el entramado de corrupción de Naman Wakil – y otros como él -funcione, es indispensable la colaboración de los más altos niveles de CASA y del ministerio de Alimentación, quienes escogen a dedo a los proveedores, firman las órdenes de compra, los pagos y hacen la vista gorda con las inspecciones y otras irregularidades.
El pago de casi 6 millones de dólares efectuado por Nadan Wakil a una empresa de los cuñados del general Carlos Osorio cuando éste se desempeñaba como ministro de Alimentación y controlaba CASA, confirma la estrecha relación entre el privilegiado proveedor del régimen y el militar que ha controlado la importación de alimentos por más de una década.
Carlos Osorio Zambrano fue presidente de la Productora y Distribuidora Venezolana de Alimentos, S.A. (Pdval), así como superintendente nacional de Silos y viceministro de Seguridad y Soberanía Alimentaria. En marzo de 2015 fue nombrado, de nuevo, presidente encargado de CASA, cargo que ya había ocupado en 2011. Ha sido ministro para la Alimentación en dos ocasiones, la primera entre 2010 y 2013, y la última desde principios de 2015 hasta el 19 de enero de 2016 cuando fue sustituido por Rodolfo Marco Torres y nombrado como Comandante de la Región Estratégica de Defensa Nacional (Redi) Central.
Los pecados capitales de Naman Wakil
Antes con Chávez y ahora con Maduro, Naman Wakil ha sido uno de los proveedores de alimentos privilegiados por el régimen.
Su nombre saltó a la opinión pública a raíz de la denuncia de las millonarias comisiones que pagó a los cuñados del mayor general Carlos Osorio Zambrano cuando éste se desempeñaba como ministro de Alimentación y presidente de CASA. No era la primera vez que Naman Wakil se asociaba a un hecho delictivo, tal como se expuso en el libro El Gran Saqueo (2015) de Carlos Tablante y Marcos Tarre y el caso del fraude de las 13 toneladas de mortadela vendidas a CASA.
Su fortuna en el Banco Citigroup de Miami ascendía a 400 millones de dólares en abril de 2015, según refirió su propio ejecutivo de cuentas a Mossack Fonseca, el bufete de los Papeles de Panamá. Sin embargo, posee depósitos millonarios en otros bancos como el suizo Compagnie Bancaire Helvetique (CBH), a través de las decenas de empresas de maletín que utilizó para estafar al Estado venezolano.
Una riqueza asombrosa si se considera los orígenes de este humilde sirio nacido en Aleppo que arribó a Venezuela en 1972 . Hoy en día, a los 55 años, es uno de hombres más ricos de Venezuela, aunque ya no vive allí.
Como muchos de sus laboriosos compatriotas, en sus inicios se buscó la vida como vendedor ambulante. Comenzó con relojes falsos que portaba en un maletín, según refieren amigos de la familia que no guardan un buen recuerdo de Wakil. Lo relacionan con temas de estafas y contrabando de electrodomésticos. En 2007, a través de su relación con altos funcionarios como el general Carlos Osorio, incursiona en la importación de alimentos para organismos públicos como CASA, Pdval y Bariven, con los resultados conocidos.
Su vida transcurre ahora entre residencias de lujo como la que posee en Coconut Grove, Miami, valorada en 5 millones de dólares. Allí se puede ver parte de su colección de vehículos Ferraris, Lamborguinis, Porsches, Range Rovers y Astin Martins. Un empleado del concesionario de lujo The Collection en Coral Gables califica a Naman Wakil como uno de sus principales clientes.
A bordo de su avión privado Cessna Citation y del yate marca Azimut de 75 pies atracado en la Marina Monty´s de Coconut Grove, funge de anfitrión de altos funcionarios del gobierno de Maduro, familiares y allegados como el coronel Sergio Caldera, quien fuera número 2 en CASA durante la primera gestión de Marco Torres y luego presidente de la institución.
La impunidad de la que disfrutan personajes como Naman Wakil no hace sino reforzar el cinismo que los caracteriza. El 14 de Junio de 2010 registró en Florida, EEUU, una empresa de nombre peculiar: Capital Sins LLC., en castellano: Pecados Capitales. Actualmente se encuentra inactiva.