«Específicamente ayudará al Departamento de Justicia a preparar casos de extradición contra capos de la droga de la región andina». Así justificó el Senado de Estados Unidos la aprobación de la nueva «ley transnacional de tráfico de drogas» que el presidente Barack Obama puso en vigencia este lunes. Foto AP
La norma no sólo apunta a los que comercializan drogas ilícitas, sino también a aquellos que hacen de proveedores de insumos químicos para la elaboración de drogas y a productores de sustancias consideradas controladas en EE.UU.
Esta última parte es la que preocupa en los países andinos como Bolivia, Colombia y Perú.
¿El motivo? Expertos y productores de coca afirman que la nueva ley «transnacional» estadounidense no solo va tras los capos, sino que también puede penalizar a los productores de coca y los pone en peligro de extradición a Estados Unidos.
¿Qué dice la ley?
La nueva norma vuelve ilegal la «fabricación o distribución» de sustancias controladas de clasificación I y II «con conocimiento o teniendo un motivo razonable para creer» que puedan ser importadas ilegalmente a Estados Unidos.
Las hojas de coca son consideradas una sustancia controlada de clasificación II de acuerdo a las leyes estadounidenses.
Gracias a la nueva ley, un productor puede ser considerado parte del circuito del narcotráfico y ser sancionable en EE.UU.
La senadora promotora de la ley Dianne Feinstein (demócrata) celebró la puesta en vigencia de la nueva norma que, según ella, otorgará a Washington «las herramientas que necesita para perseguir agresivamente y procesar a quienes trafican con drogas fuera de Estados Unidos».
«Capos de la droga de países como Colombia y Perú utilizan a menudo las organizaciones del narcotráfico como mulas para llevar drogas ilegales a Estados Unidos. Ahora, el Departamento de Justicia podrá emprender acciones legales contra ellos», afirmó la senadora de California el martes en un comunicado.
La ley señala en su primer párrafo que tiene el objetivo de proporcionar el Departamento de Justicia herramientas adicionales para atacar extraterritorialmente al tráfico de drogas.
La nueva ley, sin embargo, no fue tomada de la misma manera en Sudamérica.
Ricardo Soberón, ex zar antidroga de Perú y activista por una nueva política global de drogas, afirmó a BBC Mundo que la norma «es una muestra más de los intentos de EEUU de hacer prevalecer sus intereses domésticos a los de la comunidad internacional».
«Esta medida puede representar una espada de Damocles sobre verdaderos narcos, pero también sobre productores de coca», explicó Soberón.
Rechazo cocalero.
La medida ha generado fuerte rechazo en varios países sudamericanos.
«Nosotros repudiamos esa intención. Ellos (Estados Unidos) no son los dueños del mundo para pretender hacer eso. Claro que nos vamos a defender y no lo vamos a permitir», afirmó la dirigente cocalera boliviana Leonilda Zurita a BBC Mundo.
Zurita, que además es una de las principales líderes del MAS, el partido del presidente boliviano Evo Morales, señaló que la lucha antidroga en su país se hace «sin la presencia de la DEA ni la injerencia de Estados Unidos».
Evo Morales expulsó de Bolivia a la Agencia Antidroga de EE.UU. (DEA, en inglés) en 2008 y declaró la «nacionalización» de la lucha contra el narcotráfico.
Mientras que Nelson Palomino, dirigente de la Confederación de Productores de las Cuencas Cocaleras de Perú, lamentó que la nueva ley estadounidense «criminalice» la producción de coca.
«Para nosotros lo que prevalece son las leyes peruanas. La coca fue declarada patrimonio cultural en nuestro país», afirmó Palomino a BBC Mundo.
Tanto Palomino como Zurita coincidieron en afirmar que Washington debería preocuparse más por los consumidores de cocaína de su país que en sus cultivos. BBC Mundo