Buenos Aires| Si algo faltaba a las causas por corrupción que enfrentan exfuncionarios kirchnerista era una detención “cinematográfica”, como la definió el gobierno de Mauricio Macri. El caso tiene todos los elementos de un guion de película, no demasiado creativo pero sí efectivo: un alto funcionario kirchnerista, millones de dólares no declarados y una operación oculta de madrugada. El personaje en cuestión se llama José López, secretario de Obras Públicas durante los 12 años de gobierno de Néstor y Cristina Krichner y mano derecha del exministro de Planificación, Julio De Vido. Esto es, la persona que controló los millones de pesos de las obras públicas del kirchnerismo, que además ahora es diputado del Parlasur. El lugar: el Monasterio Nuestra Señora de Fátima, en las afueras de Buenos Aires. López detuvo su auto junto al alambrado que rodea el edificio religioso y arrojó dentro siete bolsos con dinero y joyas.
«Son 160 bultos de billetes, lo estamos contando aún. Hay dólares, euros, yuanes y una moneda de Qatar que no sabemos cuanto vale. Es una cifra millonaria», aseguró Cristian Ritondo, ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, controlada por el macrismo, que rápidamente ofreció una rueda de prensa sobre un caso que consolida la peor imagen de la corrupción kirchnerista. Los Kirchner tuvieron una estrecha vinculación con China, un país cuyas empresas tenían proyectos millonarios de obra pública en Argentina. Los agentes también encontraron un fusil Sig Saguer calibre 22. La policía y el fiscal analizaron con detalle todo el convento para ver si localizaban más dinero, puesto que los vecinos y las monjas indican que la llegada de vehículos de alta gama al convento era frecuente. La posibilidad de que se trate de un centro donde se ocultaba dinero de la corrupción generó rápidamente una enorme polémica en Argentina.
El movimiento de este hombre lanzando maletas por encima de la tapia en plena noche llamó la atención de un vecino que avisó a la policía. A partir de allí todo fue sorpresa. El presidente Macri se enteró durante la reunión de los martes con sus ministros que López estaba preso y las circunstancias de la detención. El jefe de Gabinete, Marcos Peña, dijo que estaban “sorprendidos” por una “situación de película”.
José López es un personaje conocido en los tribunales, donde se enfrenta a una causa por enriquecimiento ilícito. Pero también en la política, donde se ha mantenido activo gracias a un asiento como parlamentario del Parlasur. Néstor Kirchner lo puso a cargo de la Obra Pública el 25 de mayo de 2003, el primer día de su Gobierno. Y allí se quedó hasta el 10 de diciembre de 2015, el último día de su esposa y sucesora. Una relación personal con Néstor lo encumbró desde la secretaría de Obras Públicas en 1991 en la ciudad de Río Gallegos, en Santa Cruz, hacia un puesto clave en el manejo del dinero a nivel nacional. Como segundo de De Vido, otro superministro que también ocupó su cargo durante 12 años, tuvo a su cargo el reparto del presupuesto oficial entre las empresas contratistas.
El fiscal Federico Delgado, a cargo de la causa contra López, dijo que por el avance de la investigación, antes de ser atrapado in fraganti no era esperable un inminente pedido de detención, sobre todo porque las pruebas reunidas en contra del exfuncionario eran escasas. “Esa masa de dinero tiene que tener algún vínculo con los hechos que se están investigando. Teníamos pocas cosas y teníamos información de cuentas en el exterior, de empresas vinculadas a López”, dijo Delgado, quien consideró la detención una buena noticia.
El lugar elegido por López para ocultar su dinero no podría ser mejor. El Monasterio, del que el exfuncionario y De Vido era habituales, se encuentra en una zona residencial de casas quintas, con pocos vecinos. Hasta abril de 2015, el convento estuvo a cargo de monseñor Rubén Di Monte, cercano al kirchnerismo. Al morir el sacerdote, en el predio sólo quedaron una monja de 95 años y otra mujer de compañía.
Hasta allí llegó López antes del amanecer y al no tener respuesta desde el interior decidió arrojar su dinero sobre el alambre perimetral. La cantidad de billetes secuestrados no ha sido aún determinada, pero sin duda es alta. «Cuando llegó la policía López entró en estado de shock. Primero intentó sobornar a la agentes y como no pudo le dijo a la monja del lugar que le estaban robando la plata que pensaba donar al Monasterio», detalló Ritondo.
El intendente de General Rodríguez, el oficialista Dario Kubar, dijo, sin ocultar el tono de sorna, que se acercó al lugar para colaborar con el conteo. “Son tantos que van a estar hasta las 3 de la mañana. Y los relojes no creo que los haya comprado en una feria”, dijo. Fue Kubar quien avisó de la detención a la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, quién a su vez informó a Macri.
López “no era una persona menor, sino que manejaba todo lo que fue la obra pública, un área donde había problemas de transparencia y corrupción», dijo el ministro Peña. “Ahora queda esperar las explicaciones [de López] sobre qué hacía en ese lugar, de qué era la plata que tenía y el arma de guerra«, agregó. Todo indica que la película acaba de empezar.
Pasadas unas horas, el kirchnerismo se desvinculó de López, pero trató de aprovechar el asunto para criticar la amnistía fiscal que está poniendo en marcha Macri e incluso vinculan este escándalo con la aparición del presidente en los Papeles de Panamá. «Los bloques de diputados nacionales y del Parlasur del FpV (el grupo kirchnerista) expresan su más enérgico repudio a la conducta de cualquier actual o ex funcionario público, con prescindencia de su pertenencia política, en cuanto a la tenencia de dinero no declarado, en el país o en el exterior. El hecho ocurrido hoy y que es de público, notorio y escandaloso conocimiento reafirma que resulta imprescindible que en la ley de blanque se excluya también de forma taxativa no solo a los funcionarios públicos sino a los parientes hasta cuarto grado de consanguinidad. Este hecho, sumado al escándalo internacional de los Panamá Papers, exige que la transparencia no tengo color ni partido político», señala el comunicado de los parlamentarios kirchneristas.
No sólo el FpV tomó distancia. Desde el arzobispado de Mercedes, con autoridad sobre las comunidades cristianas de General Rodríguez, dijeron a través de un comunciado con la firma del arzobispo Agustín Radrizzani que las «llamadas ‘Religiosas’ del Monasterio de Nuestra Señora del Rosario de Fátima (Monjas Misioneras orantes y penitentes de Nuestra Señora del Rosario) constituyen una Asociación Privada de fieles, cuyo gobierno es autónomo».