Por primera vez en sus 52 años de historia, la guerrilla FARC de Colombia, la más antigua de América, se reunirá en su conferencia nacional, máxima instancia deliberativa, para hablar de paz y no de guerra. Foto AFP/Archivos / Luis Robayo
Desde el 17 al 23 de septiembre, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) realizarán su Décima Conferencia Nacional Guerrillera en el Caguán, su tradicional bastión en el sureste colombiano, para debatir el pacto de paz alcanzado con el gobierno de Juan Manuel Santos tras casi cuatro años de negociaciones en Cuba.
«Será un evento democrático que debe señalarnos la ruta a seguir», tuiteó Timoleón Jiménez, Timochenko, jefe máximo de la guerrilla nacida tras una sublevación campesina en 1964, y que según estimaciones oficiales cuenta con unos 7.000 combatientes armados.
Al llegar esta semana a los Llanos del Yarí en un helicóptero del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), el líder guerrillero destacó la «importancia» de la cita, que a diferencia de las anteriores no se realiza en la clandestinidad sino con aval de las autoridades y abierta a periodistas.
«Todo lo que estamos haciendo ahora nos va ayudar mucho para avanzar en la búsqueda de los objetivos que tenemos», dijo según imágenes difundidas por Noticias Nueva Colombia, el informativo de las FARC.
El encuentro en el remoto paraje El Diamante, a varias horas por caminos de tierra desde San Vicente del Caguán, no sólo deberá refrendar los acuerdos de La Habana, sino que «dará paso a la transformación de las FARC en un movimiento político legal», según el texto de la convocatoria.
«En las otras conferencias se hablaba de planes en proyección hacia la guerra y esta conferencia está articulando procesos e iniciativas hacia la paz, hacia la profundización de la democracia en Colombia», señaló el comandante guerrillero Pastor Alape al llegar.
«Simbólicamente muy importante»
Unos 200 delegados, entre ellos 29 integrantes del Estado Mayor Central, además de representantes de la guerrilla elegidos en las asambleas de base, deberán pronunciarse sobre el fin de un conflicto que ha involucrado a otras guerrillas, paramilitares y agentes del Estado, con saldo de unos 260.000 muertos, 45.000 desaparecidos y 6,9 millones de desplazados.
La que se prevé sea la última conferencia de las FARC como grupo armado contará con 50 invitados y será cubierta por unos 350 medios acreditados, informaron los organizadores.
Las deliberaciones tendrán lugar a puerta cerrada en una edificación de ladrillos y techo de cañas, en la que guerrilleros trabajan a contrarreloj para terminar, según el video «Construyendo paz» difundido por las FARC en Twitter.
«Ya casi el 90% de las FARC están de acuerdo con los acuerdos. Básicamente significa que en la conferencia tienen un 10% para convencer», consideró el analista Ariel Avila, de la Fundación Paz y Reconciliación.
El politólogo Frédéric Massé espera que se apruebe «en su totalidad» lo acordado en La Habana, que estipula, entre otros, el desarme de los guerrilleros y su reinserción a la vida civil, el sistema de justicia al que podrán acogerse y su compromiso con reparar a las víctimas.
«No creo que haya ninguna duda sobre esto, pero es un hecho simbólicamente muy importante», opinó este profesor de la Universidad Externado de Colombia, que señaló sin embargo algunos retos para las FARC, que ya protagonizaron tres intentos de paz fallidos en 1984, 1991 y 1999.
¿Clamor por una Constituyente?
Los comandantes de la guerrilla no sólo tendrán que garantizar la «cohesión misma» de la organización, que con la firma de la paz puede sufrir deserciones y ver aparecer divergencias, sino que deberán explicar «a los más radicales» los «alcances y límites» de lo negociado.
«Esos acuerdos no son muy revolucionarios, hay transformaciones de fondo, pero no van a cambiar a Colombia», dijo Massé, quien no descarta que resurja «la insistencia de las FARC de convocar a una Asamblea Nacional Constituyente para intentar promover las ideas que no han abandonado, aunque no figuran» en el pacto.
Para entrar en vigencia, lo negociado con las FARC deberá ser aprobado por los colombianos en un plebiscito convocado para el 2 de octubre.
Pero antes, el presidente Santos y Timochenko sellarán el acuerdo el 26 de septiembre en una pomposa ceremonia en Cartagena en presencia de numerosos líderes internacionales, que las FARC replicarán con «un acto político-cultural» en el mismo sitio de su conferencia.
«Allí, reunidos junto a cientos de guerrilleros en el campamento más grande del país, celebraremos este paso inicial hacia la construcción de una paz estable y duradera para las futuras generaciones», indicaron los organizadores.AFP