El responsable fiscal de la OCDE, Pascal Saint-Amans, es el encargado de preparar la lista negra de paraísos fiscales opacos que serán sancionados en 2017 y se muestra «muy preocupado» por Bahamas. En una conversación telefónica desde París con El Mundo, Saint-Amans no comenta los llamados Bahamas Leaks que, «no dejan de ser una fotografía del pasado», pero le inquieta «el presente y el futuro». Foto Anadalu Agency.
«Si Bahamas sigue así, irá a la lista negra del G-20», afirma, La OCDE recibió el encargo del grupo de los 20 países más poderosos reunidos el pasado día 5 de confeccionar una lista de «las jurisdicciones que no han avanzado todavía suficientemente hacia un nivel satisfactorio de aplicación de las normas internacionales de transparencia fiscal». Para este funcionario francés, «por ahora es el caso de Bahamas, que es uno de los países que se niegan a firmar el acuerdo multilateral de intercambio automático de información». Es decir, se niega a abrir al resto de mundo de manera automática los datos de no residentes con bienes en su territorio. «Lo positivo es que Bahamas ha hecho verdaderos progresos desde 2009 en acuerdos de intercambio de información a la carta, pero lo negativo es que ahora no da los pasos que están dando otros cien países del mundo», reprocha.
Bahamas sigue siendo un territorio nada desdeñable para la Agencia Tributaria. Sólo el patrimonio declarado -sin contar el oculto- por parte de contribuyentes españoles es de 680 millones, tres veces más que en Gibraltar.
Un portavoz del Banco Santander, una entidad financiera que aparece en los Bahamas Leaks con fuerte actividad en este territorio, resaltaba el pasado jueves su avance en transparencia ya que «no está incluido en la lista de paraísos fiscales de la OCDE» y «ha firmado el acuerdo internacional denominado CRS por el que se obliga a facilitar activamente a terceros países la información que conozca de sus ciudadanos». Para el responsable fiscal de la OCDE, la disposición de Bahamas en el pasado a cooperar ha cambiado ahora que llega el momento de la verdad, el del intercambio automático fiscal multilateral. «Si Bahamas continúa con su negativa a firmar el nuevo sistema será como no hacer nada».
Saint-Amans explica que no basta con acuerdos bilaterales con los países que Bahamas desee, porque «tendría que empezar de cero con todos ellos, España incluido» y llevaría mucho tiempo con resultado incierto, a su juicio. Bahamas salió de la lista oficial de paraísos fiscales para la Hacienda española en 2011, siendo ministra de Economía Elena Salgado, pero continúa figurando en otros países de la Unión Europea.
Existe la esperanza de que revelaciones como la impulsada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación sirva de estímulo. «La cooperación del Gobierno panameño ha mejorado desde que aparecieron los papeles de Panamá y nos ha prometido cambiar su sistema de forma muy profunda. Ha aceptado firmar el acuerdo multilateral, en contraste con Bahamas», subraya Saint-Amans.
