CCD.- ¿Culpable o inocente? A un año de su detención en un hotel de Haití, “los sobrinos”, Efraín Campo Flores y Franqui Francisco Flores de Freitas enfrentan el momento de la verdad en una sala de la corte del Distrito Sur de Nueva York.
Hacia dónde girará el fiel de la balanza es un punto que no ofrece mayores dudas. Las especulaciones mediáticas en los Estados Unidos asoman que Efraín Campo Flores podría recibir la pena máxima y su primo Francisco Flores de Freitas tendría una pena menor.
Las declaraciones de los sobrinos a los agentes de la DEA en el vuelo que los llevó de Haití a los Estados Unidos, tras ser detenidos, son piezas claves para establecer la trama de los 800 kilos de cocaína que serían introducidas en los Estados Unidos.
Estúpidos. El abogado defensor Michael Mann, quien representa a Flores, dijo en el inicio del juicio que el caso se basa en tres informantes confidenciales que sacaron provecho a la inexperiencia de los sobrinos. Uno de esos informantes falleció y los otros dos están en prisión tras ser sorprendidos mintiendo a la DEA sobre negocios de drogas no aprobados por las autoridades al tiempo que recibían hasta $2 millones del gobierno federal.
La defensa dijo además que los informantes escogieron a sus clientes porque observaron la posibilidad de ganar mucho dinero y explotaron su ingenuidad. Zach usó la palabra “estúpidos” para describir a sus clientes y sus acciones al menos seis veces. Un narcotraficante de verdad se hubiera dado cuenta del problema rápidamente, dijo.
Estrategia “defensora”. El jurista Héctor Faúndez, abogado especialista en los derechos humanos, sostuvo que la imbecilidad es una causal de inimputabilidad. En el caso de la estupidez, afirmó que es probable que ellos califiquen técnicamente para ser detenidos como tales, pero eso no los exonera de responsabilidad legal. Aseguró que si fueran “imbéciles, tarados o débiles mentales” y no supieran lo que están haciendo como consecuencia de una tara mental sí serían inimputables, mientras que por la simple estupidez no. “Eso es determinado por los tribunales estadounidenses, para eso, lo que hacen es llamar a técnicos, en este caso peritos médicos y psiquiatras, que examinen a estas personas y determinen que están en capacidad de responder. Sostuvo que los tribunales estadounidenses siempre han sido muy severos en esa materia y no han admitido ese tipo de alegato como causal de irresponsabilidad o inimputabilidad”.
¿Narcoestado? Héctor Faúndez, afirma que los juicios penales persiguen la responsabilidad penal individual del criminal o delincuente; y no la responsabilidad del Estado o de una organización. “Se está procesando a dos personas acusadas de haber cometido un delito, no al Estado de Venezuela. Es posible que detrás de los acusados pueda haber una organización u otras personas vinculadas, pero eso no tiene porqué comprometer al Estado venezolano”, garantizó el abogado.
Solicitud de extradición. Faúndez también afirma que en caso de una condena a los sobrinos Flores, Venezuela puede pedir su extradición; solicitud a la que EEUU accederá únicamente después que los imputados hayan cumplido la pena allá.
“En principio tienen que cumplir la pena que se les imponga allá, al menos que haya un acuerdo de un tratado para el cumplimiento de las penas en el país entre EEUU y Venezuela. Hasta donde yo sé no existe; por lo tanto Venezuela no puede pedir que se les permita que vengan a cumplir la pena aquí. Si el país solicita la extradición (que puede hacerlo perfectamente), con toda seguridad EEUU va a acceder pero después que hayan cumplido la pena allá”, afirmó el especialista.
Silencio oficial. Son contadas las veces que la pareja presidencial y los sectores oficialistas se han referido al caso que se ventila en Manhattan. Esas pocas declaraciones precisan que Efraín Campo Flores y Franqui Francisco Flores de Freitas fueron objeto de un proceso irregular en Haití que califica más como secuestro.
La primera dama, Cilia Flores se sumó a la tesis adelantada por el diputado Diosdado Cabello para decir en enero de este año que: “Nosotros hemos esperado tener más elementos. Lo que sí está determinado y comprobado es que la DEA estuvo metida aquí en territorio venezolano violentando nuestra soberanía e incurriendo en delito dentro de nuestro territorio”.
Fuente: Con información de 2001