CCD | Mientras haya demanda, los traficantes de drogas de ambos lados de la frontera encontrarán la manera de superar cualquier muro. Es la opinión de policías y políticos de Texas entrevistados por EFE.
“Si el muro tiene 20 pies (6 metros) de alto, hay una escalera de 22 pies (6,7 metros), el contrabandista va a buscar una u otra forma de pasar”, dijo Omar Lucio, el alguacil del Condado Cameron, en Texas y que hace frontera con el estado mexicano de Tamaulipas.
Cuando se estudian los métodos utilizados por los narcotraficantes para continuar su labor delictiva, las dudas sobre los verdaderos beneficios de un muro resultan más acuciantes.
Los narcotraficantes apelan a catapultas colocadas del lado mexicano para lanzar por los aires paquetes de droga recogidos en el lado estadounidense. Han colocado además improvisadas rampas por donde suben autos y cruzan el muro, han usado aviones ultraligeros y hasta han hecho agujeros en los tramos existentes para pasar drogas y personas.
A lo largo de la línea fronteriza entre EE.UU. y México, que cubre California, Arizona, Nuevo México y regiones de Texas, existen en la actualidad 569 kilómetros de muro, así como otras 481 kilómetros de barreras para obstaculizar el cruce de vehículos y personas.
Y a pesar de ello, en esa línea divisoria no se ha detenido ni el cruce de indocumentados ni el tráfico de drogas.
El congresista representante por Texas Joaquín Castro señaló ayer en rueda de prensa que la propuesta del muro es más un” símbolo” que una herramienta efectiva para incrementar la seguridad en la frontera.
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