CCD | Todo pasó en menos de una semana. Dos niños se murieron de hambre en el hospital de San Félix. Estas muertes, las más recientes que ha dejado la desnutrición en el estado Bolívar, ocurrieron el viernes. Las víctimas, una niña y un niño. Ella murió a las 7:00 de la mañana; él, dos horas después, relata El Correo del Caroní.
(Foto referencial cortesía AP)
No llegaron juntos pero sí en la misma madrugada. Los médicos de ese centro asistencial, el Dr. Raúl Leoni, en Guaiparo, no pudieron ayudarlos: la falta de insumos y la criticidad de sus estados los condenaron a muerte.
La niña se llamaba Edgarlis Peñaloza y tenía un año. Fue la primera que hospitalizaron por una diarrea. Al verla, los galenos no se demoraron en dictaminar el diagnóstico.
Con Ángel Grillet, de tres meses, pasó lo mismo. Su familia, de Guasipati, lo llevó al hospital.
Ellos dos se suman a la lista que este año comenzó con Keiner Cardozo, de un año y medio, y siguió con Orangelis Figuera (de siete meses), Santiago Velásquez (tres meses) y Joelvis Quijada (un mes). El primero murió en Brisas del Sur. Los demás, en el hospital de Guaiparo. Todos, en San Félix. Todos de hambre. Todos en el mes y medio que va de este año.
Lo que se oculta
A raíz de las muertes por desnutrición que ha habido desde enero en Guaiparo, los jefes del centro médico recibieron una orden: no revelar nada al respecto. Tanto, que las historias médicas de los niños enfermos por el hambre deben remitirse directamente al Ministerio del Poder Popular para la Salud, en Caracas.
Pero mientras que el Gobierno intenta ocultar este caso u otros, como ocurrió en septiembre, cuando se les prohibió a los trabajadores del hospital hablar sobre las muertes de niños por difteria, los médicos enfrentan la realidad.
Por ejemplo, no hay albúmina humana, que, según describe uno de los especialistas del hospital, “es proteína, necesaria para el tratamiento de los casos de desnutrición. La albúmina nos ayuda a revertir eso. Cuando nosotros vemos los niños desnutridos, que están hinchados, tenemos que suministrarles albúmina”.
¿Qué hacen esos casos? La burocracia se impone: “Tenemos que solicitarla a través de un informe que tiene que ir a Caracas, y en Caracas nos dan la autorización para la albúmina. Te podrás imaginar lo que se tarda”. Y para más Inri, que es el único laboratorio que produce este compuesto en Venezuela, Quimbiotec, operaba al 10% de su capacidad a finales del año pasado. Para entonces pudo producir solo un lote de albúmina.
Además de eso, tampoco hay antibióticos ni solución dextrosa, “que la usamos para nutriciones parenterales (endovenosas). Es como todo: algún día tenemos algún tipo de solución y al día siguiente no la tenemos. Es un desastre lo que pasa”.
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Fuente: El Correo del Caroní