CCD | La mayoría de los productos distribuidos por los Clap, importados de Colombia, Brasil, Panamá y México, no cumplen con las normas venezolanas y tampoco cuentan con registro sanitario nacional señalado en el empaque.
Así lo revela un trabajo de María Emilia Jorge M. en El Nacional.
De acuerdo al medio, aunque pasaron de ser entregados en una bolsa a venir dentro de una caja de cartón, los 12 productos que distribuyen los Comités de Locales de Abastecimiento y Producción no equivalen en espacio ni siquiera a la mitad del tradicional carrito de mercado.
Pero no sólo eso. A pesar de que el Gobierno Nacional asegura que se está beneficiando a 25% de los venezolanos con la distribución de productos, éstos sólo duran entre 5 y 10 días.
La flexibilización de normas de importación supone evaluar el riesgo-beneficio asociado. Los alimentos, explica el profesor Amaury Martínez, del Instituto de Ciencia y Tecnología de los Alimentos de la UCV, pueden contaminarse con micotoxinas que tienen efectos cancerígenos a largo plazo. “Una crisis como la nuestra es una triada: problema político, económico y social. Hay que jugar con el riesgo-beneficio. Algunas de estas micotoxinas que vienen con el maíz pueden generar cáncer a largo plazo, pero con la importación resuelves el problema inmediato de la población”.
Por eso, señala el experto, es necesario que se cumplan los rigurosos pasos de control de calidad. Los procedimientos de importación de alimentos establecen que un funcionario del Ministerio de Alimentación debe ir al país al que se le va a comprar comida a evaluar el producto. “Puede pedirse que cada hora se tome una muestra de los paquetes de harina, por ejemplo, luego mezclas todas esas muestras y sacas otra más pequeña que es la que se analiza”, señala. Lo mismo debe repetir el Instituto Nacional de Higiene cuando la carga llega al país.
Los expertos también advierten que con algunos de los productos empaquetados que se traen del exterior se están violando normas de etiquetado, pues vienen en otros idiomas y no garantizan que los usuarios entiendan el contenido de lo que están consumiendo.
“Para importar cualquier tipo de alimento preparado o materia prima, tiene que existir una certificación del ministerio que compruebe que el producto es alimenticio, que está libre de riesgos, que es inocuo y que cumplen normas de calidad. Eso es sometido a la dirección de Contraloría Sanitaria, que recibe todos los recaudos y emite un veredicto, hace la aprobación y da un registro sanitario, indispensable para importación, distribución y consumo”, agrega José Félix Oletta, ex ministro de Sanidad.
Fuente: El Nacional