CCD | Se expanden los controles y el poder castrense sobre los estómagos carabobeños. La comida ahora es responsabilidad del coordinador de estrategia electoral del partido de Gobierno.
¿Es Francisco Ameliach el nuevo encargado de la alimentación en Carabobo? El discurso así lo reconoció. Hay fallas, pero el gobernador promete solventarlas. Se autodenominó ‘al frente de la Misión Alimentación’. Un mensaje en su cuenta de Instagram agregaba el título de jefe estadal de distribución de alimentos. El jerarca chavista asumió nuevas responsabilidades, esta vez para mitigar el hambre. Su éxito está por verse.
Durante su programa radial “Hablando de Poder” el primer mandatario regional detallaba cómo aumentaría el suyo. Anunció que las cajas de alimentos Clap (Comités Locales de Abastecimiento y Producción) llegarán a trescientas mil familias de la región. “No será así, que hoy les repartimos una caja y cinco meses después la siguiente. ¡No! Es una estrategia para un período de un mes. No puede pasar más de un mes”.
Las metas son claras. Pero los números no acompañan al gobernador. Si se promedia que cada familia tiene 4 integrantes, Ameliach hablaba de una meta de atención a través del sistema de cajas de 48% de la población del estado según la proyección de población de 2017 del Instituto Nacional Estadística (INE). La actualidad es que con 106.592 cajas entregadas —lo que reconoció el mandatario en el programa de radio— apenas se cubre 0,17% de las 623.703 familias del estado.
Ameliach enfrentará antecedentes para nada alentadores. Ivo Rodríguez, coordinador regional del Congreso de la Patria decía en 2016 que los Clap no cubrían ni 5% de la demanda en Carabobo. En ese entonces el chavista confesó que el programa había fracasado por la falta de planificación. Vecinos pasaban meses esperando ser incluidos en zonas como San Blas en Valencia.
Al sur de Valencia, en la invasión hijos de Santa Inés, no llegan cajas, sino bolsas Clap. Una de las vecinas, cuya identidad fue protegida, dijo que llegan mensualmente, pero el contenido dura apenas dos días en familias numerosas. La propuesta, en términos prácticos, no resuelve el problema de la gente.
Puerto Cabello, la ira
Hay que mirar al norte para encontrar respuestas. En Puerto Cabello (litoral) la crisis se agudiza. El 6 de febrero vecinos de La Haciendita protestaron en la avenida principal para exigir las cajas de comida. “No entregaron las bolsas la semana pasada, que era cuando estaba pautado”, contaba una vecina a El Pitazo que no quiso ser identificada. Eso provocó que los habitantes, indignados, salieran a la calle a manifestar. “Yo vivo en Cumboto II y nunca me han llegado”, dijo otra afectada. Tres días antes se registró otra protesta: los vecinos de Morillo trancaron la autopista Puerto Cabello – Valencia. Pagaron por adelantado las cajas de los Clap y no les había llegado nada. En febrero y marzo se registran seis protestas en Puerto Cabello por comida.
La Sorpresa es otra comunidad engañada. “Nos habían dicho que recogerían el dinero para pagar las bolsas, 11.000 bolívares, y luego gente del consejo comunal pasó por las casas diciendo que el dinero era para comprar comida pero en el supermercado San Diego, ¿hasta cuándo la burla? ¿será que la comunidad tendrá que hacer lo mismo que la gente de La haciendita? trancar la autopista no me parece la solución” escribió una vocera en un grupo de vecinos por Whatsapp. Las denuncias son múltiples y ahora tienen responsable: el gobernador cuyo discurso demostró que la propuesta no ha atendido ni al 1% de los habitantes de la región.
Fuente: El Pitazo