CCD | El gobierno de Nicolás Maduro presentó el nuevo sistema de Divisas Complementarias (DICOM) de bandas controladas, un mecanismo que economistas observan con recelo y que se lanzó tras 14 años de control cambiario en Venezuela y en medio de una severa crisis de escasez de productos básicos, reseña Efe.
El ministro de Economía, Ramón Lobo, detalló, acompañado del directorio del Banco Central de Venezuela, el nuevo sistema que se iniciará este jueves, el cual adjudicará divisas dos veces por semana a personas jurídicas, que obtendrán el equivalente al 30 % de su ingreso bruto mensual con base en la declaración de impuestos.
Las personas naturales, por su parte, podrán optar por hasta 500 dólares trimestrales con un límite de 2.000 dólares anuales.
El sistema de subastas fluctuará entre bandas “controladas”, con limites mínimos y máximos regulados por las autoridades financieras, indicó Lobo, quien no precisó cuál será el valor inicial de la puja.
“¿Cómo se determina el tipo de cambio? Un cruce entre oferta y demanda bajo bandas establecidas que fija el Banco Central de Venezuela”, afirmó Lobo, quien afirmó que el resultado se determinará “del cruce que dé entre las dos bandas, pero de acuerdo al precio menor del último demandante”.
Según el funcionario, se trata de “un sistema bastante sencillo” en el que cada comprador pagará el precio por el que ofertó independientemente del resto de las demandas, siempre que esté dentro de las bandas de control.
El sistema de “subasta ordinaria” es abierto “a todos los sectores, cualquier persona que cumpla con los requisitos establecidos” del sector privado o público autorizado, siempre que tengan cuentas en bancos estatales bajo convenios cambiarios creados por el Gobierno venezolano con anterioridad.
Los economistas venezolanos han reaccionado con cautela y recelo ante este nuevo sistema, pues aseguran que el mecanismo incentiva la corrupción en el país y no resuelve las “distorsiones” económicas.
Para el economista Luis Oliveros, este nuevo mecanismo “es más de lo mismo” y señaló que los sistemas cambiarios que se han creado bajo el mandato de Maduro “no han resuelto nada”.
“Lo único que han resuelto es aumentar la corrupción y disminuir la disponibilidad de divisas de las empresas”, dijo Oliveros a Efe.
Oliveros aseguró estar convencido de que “no va a haber transparencia en la adjudicación” de estas divisas, aunque “el Gobierno está prometiendo que va a publicar quiénes son los que salen beneficiados de este sistema”, algo que, señaló, no se hizo bajo el esquema anterior.
Y aunque las autoridades no han especificado cómo será la construcción de las bandas, el economista dice que “hay rumores” de que la tasa podría oscilar entre 1.500 y 2.000 bolívares por dólar.
Otra de las críticas al nuevo Dicom es la limitación de que las operaciones de compra y venta podrán llevarse a cabo solo a través de la banca pública.
El economista Asdrúbal Oliveros, director de la Consultora Ecoanalítica, consideró que esta limitación es el “primer gran fallo del esquema”, ya que los dólares adjudicados serán depositados en entidades financieras públicas, y, según él, estas tienen “serios problemas” con entidades financieras aliadas en el exterior.
El director de Ecoanalítica estimó que, aunque en los primeros días de arranque del nuevo Dicom la tasa “no oficial puede ceder un poco, la tendencia estructural al alza se mantiene”.
Este nuevo sistema es lanzado en medio de una crisis económica que se evidencia en la escasez de alimentos de la cesta básica, productos de higiene y medicamentos que, según el sector empresarial, tiene que ver con la falta de acceso a las divisas para importar artículos y materia prima.
En Venezuela se rige por un estricto control cambiario desde hace más de una década en la que el Estado tiene el monopolio de la administración de divisas con dos diferentes tasas, en función de a lo que se destinen, a través de un engorroso sistema administrativo.
Una tasa preferencial destinada solo para la compra de alimentos y medicinas establece un cambio de 10 bolívares por cada dólar americano, y una segunda que a partir de ahora estará determinada por el valor final de las subastas.
Fuente: EFE