CCD | Más 350.000 productos ilegales a a la venta entre los que se encuentran drogas, armas, datos robados, artículos eróticos e, incluso, virus informáticos han salido del mercado gracias a una operación policial internacional en la que han participado el FBI, la DEA y Europol. Se trata de la mayor operación contra los mercados ilegales en internet hasta la fecha que se ha anunciado a bombo y platillo por parte de las autoridades en una rueda de presa conjunta donde han celebrado el cierre de AlphaBay y Hansa.
Desde su apertura hace menos de tres años, se estima que ambas páginas han movido mercancías por un valor superior a los 1.000 millones de dólares y contaban con una nutrida comunidad a nivel global con más de 200.000 compradores y 40.000 vendedores distintos que operaban de forma anónima a través de la web oscura -también conocida como Deep Web– realizando las transacciones empleando criptodivisas como el Bitcoin.
El cierre de estas páginas web se trata de «una de las operaciones más sofisticadas contra las actividades criminales en Internet», según un comunicado emitido por Europol.
El cierre de ambas webs viene motivado por una investigación conjunta entre Europol y las autoridades norteamericanas en las que han participado agentes del EEUU, Países Bajos, Francia y Lituania.
«La operatividad de los traficantes de drogas y otros criminales peligrosos ha sufrido hoy un golpe importante«, ha afirmado el director de Europol en una conferencia de prensa conjunta con el Fiscal General de Estados Unidos, el director en funciones del FBI y el director de la DEA.
Aunque anunciada a bombo y platillo hoy, 20 de julio, esta operación policial internacional comenzó a finales del mes pasado de manera de forma deslocalizada en distintos países.
«La web oscura se está convirtiendo en el paraíso de la criminalidad rampante«, ha señalado el comisionado europeo de Migraciones, Asuntos Internos y Ciudadanía, Dimitris Avramopoulos. «Se trata de una amenaza a nuestras sociedades y economías a la que sólo podemos hacer frente a una escala global», ha añadido.
Sin embargo, pese al nivel de amenaza al que las autoridades sitúan este tipo de mercados de productos ilícitos, lo cierto que páginas como Hansa, AlphaBay, y otras similares como la ya clausurada Silk Road, se anunciaban en Youtube sin tapujos.
Por ejemplo, la propia AlphaBay cuenta con un canal propio en Youtube en el que subió un videotutorial en el que explica como acceder a su página y comprar de forma segura, lejos del control de las autoridades policiales. Además, existen centenares de youtubers que, en distintos idiomas, explican como acceder a este tipo de mercados ilícitos de forma prácticamente anónima.
La operación del cierre de Hansa
En el caso de Hansa, la operación para tumbar la web comenzó a finales de junio tras el arresto de dos hombres en Alemania. Tras la detención, las autoridades germanas, holandesas y lituanas se hicieron con el control de los servidores situadas en sus países.
En el caso de AlphaBay, la web no estaba accesible desde principios de junio, aunque no existía evidencia alguna de su toma por parte de las autoridades norteamericanas hasta el anuncio de hoy.
Operación Bayoneta para cerrar AlphaBay
La operación para cerrar AlphaBay ha estado coordinada por un mando conjunto del FBI y la DEA y ha recibido el nombre en clave de Operación Bayoneta.
El arresto más notable de la Operación Bayoneta es el de Alexandre Cazes, al que las autoridades norteamericanas acusan de ser el fundador de AlphaBay. Se trata de un ciudadano canadiense arrestado en Tailandia hace unos días que poseía millones de dólares en propiedades y varios coches de lujo.
Cazes, que fue recluido en una prisión tailandesa, apareció muerto en su celda. Como causa más probable de su muerte, las autoridades tailandesas barajan el suicidio.
Según las autoridades norteamericanas, Alphabay contaba con más de 200.000 usuarios activos 40.000 vendedores de objetos ilícitos. Además de drogas y productos químicos tóxicos, era posible encontrar documentos falsificados, material de contrabando, malware informático, armas de fuego y otros servicios fraudulentos.
Fuente: El Mundo (España)