CCD Zar del petróleo venezolano durante doce años, hombre del círculo más estrecho de Hugo Chávez, vicepresidente de Economía de Nicolás Maduro y el último representante de Venezuela ante el Consejo de Seguridad de la ONU, el currículo de Rafael Ramírez en la revolución no le alcanzó para ponerse a resguardo luego de sus duras críticas ante el manejo de la economía.
En la picota política y desde un lugar que prefiere no revelar cuenta a Panorama su versión del cisma que desató en el Gobierno sus críticas.
— ¿Cómo está pasando este momento después de tantos años en el más alto nivel del Gobierno?
— Mi posición y mis altas responsabilidades en el Gobierno me han involucrado en prácticamente todo lo que ha pasado en la revolución bolivariana. Tengo el récord de más tiempo como ministro con Chávez, por doce años, en un área, como la petrolera.
Me correspondió trabajar con él durante el sabotaje petrolero, también en la política de plena soberanía, la nacionalización, además de las altas responsabilidades en la vicepresidencia del partido, las grandes misiones, a mí todo eso me obliga, porque soy un hombre de principios, a ser leal a Chávez.
Cuando me removieron de Pdvsa, te voy a decir una cosa que no sabe nadie: el presidente Maduro pidió mi remoción de Pdvsa desde el primer acto, es decir, no tuvo nada que ver con mi desempeño, fue algo que él quería hacer. Yo le dije que si iba a hacer lo que Capriles quería hacer, ahí empezó una tensión, unas diferencias, pero me mantuve en mis responsabilidades (…) Este era un tema que se venía cocinando desde que el presidente Chávez se enfermó. (…) Había discutido con el presidente Chávez de que la situación económica venía muy mal (…) Hablamos con Giordani, con Merentes sobre el tema de la deuda, sobre los problemas que nos agobiaban, bueno, pasó el 2013, 2014 (…) Cuando me piden entregar Pdvsa, yo la entrego y algunos probablemente esperaban que me quedara tranquilo, pero no soy un hombre para estar tranquilo, de una vez me fui a hacer una gira por los países petroleros, hablé con Putin, con Bouteflika, con Rohani, de Irán; y me di cuenta de que íbamos al escenario de una guerra de precios, por razones geopolíticas, le advertí al partido, al Presidente de que los precios iban a caer. Claro, el tema es que la gente ve eso como muy lejano, realmente nadie lo consideró como algo inminente, yo sí sabía que si caían los precios, por una razón geopolítica, iba a ser muy difícil recuperarlos. En esas circunstancias yo acepto la vicepresidencia económica, algunos amigos me dijeron que no lo hiciera porque no iba a tener el apoyo, ya no había el mando de Chávez (…)
Comencé a trabajar, aunque no soy economista, yo sé bastante de economía petrolera, pero no soy economista, entonces busqué a lo mejor del pensamiento económico como José Rojas, al mismo Giordani, a Bernard Mommer, para ver cómo salir de un problema que se estaba incubando, estamos hablando de finales del 2013, principios del 2014, y le preparé al Presidente una agenda de 18 puntos, con el tema cambiario, la inflación, los impuestos, la producción petrolera, además del manejo de la deuda.
— ¿Usted tuvo una reunión con los inversionistas sobre ese tema?
— Cuando tenía aprobado el esquema, porque el Presidente lo aprobó, estaba Merentes, me despedí, fui a Londres, a una reunión que sostuve con todos los tenedores de bonos venezolanos y después de esa reunión nuestros bonos comenzaron a subir de valor; cuando estaba preparando un esquema para la reestructuración de la deuda y para la venta de Citgo, habíamos obtenido ofertas por 15 mil millones de dólares (…) Yo estaba planteando hacer un contrato de largo plazo, entre 12 y 25 años, para colocar nuestro crudo y para vender esos hierros que están en territorio hostil (…).
Eso lo propuse, fue aprobado, pero comenzó a ser torpedeado por alguna gente que todavía no identifico (…) Plantee que hay que ponerle coto al tema cambiario, porque aquí se han hecho grandes fortunas con el tema del diferencial cambiario, no hay mejor negocio en Venezuela que tener un dólar a Bs. 10 y venderlo a Bs. 100 mil, eso no tiene sentido. Yo esto lo hablé con los chinos, con todo el mundo, constatando cómo habían hecho ellos para controlar el tema de la inflación.
La principal propuesta era unificar el tipo de cambio, de hecho el presidente Maduro lo dijo, solo que yo decía que la convergencia tiene que ser hacia abajo, no hacia arriba, en ese momento el tipo de cambio debía ser Bs. 25 por dólar, cuando estaba a Bs. 6, no íbamos a llegar de un solo golpe, sino que ese era nuestro objetivo, porque ese era el precio de referencia con Colombia (…)
Todas esas propuestas no las tomaron en cuenta, no sé por quién, no sé qué razones primaron (…) Entonces salí de la vicepresidencia económica y acepté el cargo de embajador, cosa que no tenía en mis planes. Lo acepté para no introducir ninguna fractura en el seno del Gobierno, dada la desestabilización en el país, eso podría afectar al Presidente.
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