CCD Más de 230 escritores peruanos, entre ellos el premio Nobel de Literatura de 2010 Mario Vargas Llosa, suscribieron una carta de protesta contra la “conducta ilegal e irresponsable” del presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, de haber indultado al exgobernante Alberto Fujimori.
“Fujimori fue condenado por violación de derechos humanos y corrupción. Fue responsable de un golpe de Estado así como del desmantelamiento de nuestra institucionalidad. Su indulto demuestra el poco aprecio por la dignidad, la igualdad ante la ley, y el derecho a la memoria”, enfatizó el pronunciamiento, entregado hoy a Efe.
Los firmantes, entre los que también están Alfredo Bryce Echenique, Fernando Iwasaki, Alonso Cueto y Alfredo Pita, entre otros reconocidos escritores peruanos, consideraron que “el gesto del presidente Kuczynski cubre de infamia y vergüenza” a su país.
Afirmaron que protestan por la decisión de Kuczynski de indultar y otorgar el derecho de gracia aprovechando la celebración de las fiestas navideñas “a un criminal de lesa humanidad como el expresidente Alberto Fujimori“.
Remarcaron que en su país a nadie se le escapa que estas medidas, en beneficio del expresidente, no son actos de compasión sino del más crudo y cínico cálculo político.
Los escritores enfatizaron que no es un secreto para nadie que Fujimori no sufre de ninguna enfermedad degenerativa ni terminal, por lo que aseguraron que en realidad se trata de un alevoso pacto de convivencia entre las fuerzas políticas interesadas en controlar los efectos de los casos de corrupción que los involucran, así como de perpetuar la injusticia y la impunidad.
“Rechazamos el abuso del lenguaje de la reconciliación y el perdón que busca legitimar esta medida espuria, y colocar como violentos e intolerantes a quienes defienden la verdad y la memoria”, señalaron.
También consideraron que son especialmente inaceptables los llamados al olvido y las menciones a la pobreza, el progreso económico y el Bicentenario como fines que justifican medidas negacionistas.
“El intento de acallar vía decreto y chequera al ristre a las víctimas del exdictador ahora libre -como si la dignidad y el dolor tuvieran un precio- quedarán como pruebas del pacto de impunidad que se ha establecido entre el gobierno y el fujimorismo desde el 24 de diciembre”, indicaron.
Los firmantes del pronunciamiento afirmaron que por todo lo expresado, la permanencia de Pedro Pablo Kuczynski como Presidente de la República es incompatible con el Estado de Derecho y los valores democráticos.
Sostuvieron, finalmente, que apuestan por una reorientación de la política de su país hacia una que priorice a la persona como centro del desarrollo, el bienestar y la justicia social y reiteraron que se unen a las protestas ciudadanas, así como a las misivas publicadas por otros colectivos y gremios.
El documento fue suscrito por un total de 239 escritores, entre los que también están Carmen Ollé, Claudia Salazar, Daniel Titinger, Diego Trelles Paz, Fernando Ampuero, Gabriela Wiener, Jeremías Gamboa, Jorge Eduardo Benavides y Julio Villanueva Chang.
Además, Karina Pacheco Medrano, Katya Adaui, Luis Jochamowitz, Marco Avilés, Raúl Tola, Renato Cisneros, Santiago Roncagliolo, Sergio Galarza, Victoria Guerrero, Raúl Riebenbauer y William Rowe.
Kuczynski otorgó el 24 de diciembre el indulto humanitario a Fujimori, quien actualmente permanece en una clínica de Lima, sustentado por razones humanitarias, al considerarse que padece una serie de enfermedades y su salud podía agravarse en prisión.
Fujimori cumplía una condena 25 años de prisión impuesta en 2009 como autor mediato (con dominio del hecho) del asesinato de un total de 25 personas en las matanzas de Barrios Altos (1991) y La Cantuta (1992), perpetradas por el grupo militar encubierto Colina, y por el secuestro de un periodista y un empresario en 1992.
La decisión, que ha generado multitudinarias protestas de rechazo ciudadano, se tomó solo tres días después de que una facción parlamentaria del fujimorismo evitó que se aprobara en el Congreso un pedido de destitución de Kuczynski por sus vínculos con la constructora brasileña Odebrecht.