CCD En el país que ocupa el sitial del segundo más violento del mundo nada pareciera sorprender cuando de impunidad se trata, pero definitivamente siempre se puede caer más bajo en revolución. El hambre que ha traído el socialismo del Siglo XXI ha traído consigo una mutación y se trata de que los miembros de las bandas delictivas usan comida para reclutar a niños en sus organizaciones criminales.
De acuerdo al informe anual del Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) en 2017 los grupos delictivos, como parte de la escasez, la inflación y el hambre, ahora los miembros de bandas ofrecen comida para reclutar a los menores en los barrios.
Estos suelen ser presas fáciles cuando le ofrecen a cambio llenar sus estómagos y es que, según encuestas realizadas por universidades nacionales apuntan a que cuatro de cada cinco hogares (82 %) está en situación de pobreza y más de la mitad de las familias se encuentra en pobreza extrema.
Roberto Briceño León, máxima autoridad del OVV, sostuvo que los adolescentes vulnerables ven a quienes les ofrecen alimentos a cambio de perpetrar crímenes como buenas personas porque “les están dando un racimo de cambur o algún alimento, o les prestan dinero para comprar comida para su casa”.
Gloria Perdomo, coodinadora del OVV, reveló haber encontrado historias de niños que han abandonado la escuela porque se dedican a buscar comida en la basura, ya que la situación en el hogar les preocupa y quieren ayudar de cierto modo. La mayoría se va por voluntad propia.
Perdomo agregó que hay niños que viven en Santa Teresa del Tuy, en el estado Miranda y viajan hasta Caracas, específicamente en el municipio Chacao, donde hurgan bolsas de desperdicios y piden dinero. Alrededor de cinco o seis días después vuelven a la vivienda con dinero acumulado para ayudar a alimentar a sus hermanitos, o al contrario, son detenidos por funcionarios.
Por otro lado, los voceros de la ONG explicaron que la pobreza ha aumentado delitos como el hurto de comida en comercios, el asalto a bolsas de comida que llevan en las manos personas mayores y también son frecuentes robos a vehículos que transportan alimentos, así como el arrebato de loncheras a niños que van a la escuela.
Con información de Crónica Uno