CCD El presunto capo del Primer Comando de la Capital (PCC), una de las mayores facciones del tráfico de drogas en Brasil, fue hallado muerto en el estado de Ceará (noreste), indicaron el domingo medios de prensa.
Rogério Jeremias de Simone, alias Gegê do Mangue, de 41 años, y otro miembro del PCC, Fabiano Alves de Souza, habrían sido víctimas de una emboscada tendida por una facción rival o de un ajuste de cuentas en el seno de la banda, de acuerdo con el portal G1.
Los dos cuerpos fueron hallados en una reserva indígena. Según un fiscal de Sao Paulo, citado por el portal UOL, se trata de Gegê y de su cómplice.
La secretaría de Seguridad de Ceará confirmó a la AFP que dos cuerpos fueron encontrados en una reserva indígena, pero que aún no se los había identificado formalmente.
G1 indica que ambos presentaban un impacto de bala en la cabeza y una cuchillada en un ojo.
Algunas informaciones aseguran que Gegê era el máximo jefe del PCC, inclusive por encima de su líder más notorio en las últimas décadas, Marcos Willians Herbas Camacho, alias Marcola, que purga una pena de más de 200 años de cárcel en el interior de Sao Paulo.
«Gegê era el número uno del PCC, dentro y fuera de las cárceles», afirmó el fiscal citado por UOL.
Su pedido de búsqueda de la Policía Civil le apunta sin embargo como el número 3 de la organización.
Gegê había sido liberado en febrero de 2017, tras purgar diez años de prisión, pocos días antes de ser juzgado por dos asesinatos. Nunca se presentó a las audiencias de ese proceso, y desde entonces es considerado fugitivo.
Tras conocerse su muerte, el gobierno brasileño anunció que enviará refuerzos policiales a Ceará, una de las regiones más violentas del país, y que el mes pasado registró la peor masacre de su historia cuando 14 personas fueron asesinadas en un club nocturno de la capital, Fortaleza.
Dos días después, diez presos morían durante un motín en una prisión del interior del estado. Ambos hechos responderían a una lucha entre facciones.
El envío a Ceará llega en plena discusión sobre la seguridad en Brasil, después de que el presiente Michel Temer ordenara el viernes a las fuerzas armadas que dirijan la lucha contra el crimen organizado en el estado de Rio de Janeiro, para evitar que esa «metástasis» se siga propagando por el país.
Tras la discutida medida, los presidios del segundo estado más rico del país reforzaron sus «medidas de control», informaron las autoridades.
– Estructura –
El PCC, surgido en los años 90 en las cárceles de Sao Paulo, es según los expertos una de las mayores, y en todo caso la más estructurada, de las bandas criminales de Brasil.
En los últimos tiempos se señaló su fortalecimiento en varios estados, en la tentativa de controlar la ruta de la cocaína procedente de Colombia, Perú y Bolivia.
A inicios de 2017, más de cien detenidos fueron masacrados en varias cárceles del norte, en el marco de una presunta guerra entre el PCC y bandas locales aliadas de la otra gran facción criminal de país, el Comando Vermelho, que tiene su baluarte en Rio de Janeiro.
El PCC desató en mayo de 2006 la mayor ola criminal jamás registrada en Brasil, para evitar el traslado de Marcola y de otros dirigentes de la banda a cárceles de alta seguridad.
Los miembros del PCC atacaron comisarías y vehículos policiales y extendieron los atentados al interior del estado. En tres días, se registraron unos 200 ataques, que dejaron alrededor de 90 muertos.
El 15 de mayo, la población de Sao Paulo, amedrentada por el poder de fuego del PCC y por los rumores, abandonó sus puestos de trabajo. Las escuelas y universidades cerraron y el transporte público dejó de funcionar.