CCD Un apagón de cuatro horas fue suficiente para que seis familias guayacitanas vistieran de luto al ver morir a sus respectivos neonatos, ante el esfuerzo de un grupo de médicos que hizo todo lo posible por salvarlos. Porque salvarlos era más que su labor. Era también que funcionaran los respiradores a los que estaban conectados los bebés, que nunca arrancaron luego del apagón por falta de oxígeno y compresión de aire. Con estos seis casos aumenta a 27 el número de decesos en el Centro Pediátrico Menca de Leoni en lo que va de año. Así lo reseña correodelcaroni.com
Seis familias guayanesas ya no recordarán el 14 de febrero como el día del amor y la amistad. No por corazones rotos; o no al menos por las razones que el calendario católico -y ahora, el comercial- impone. Sino por razones que, más que fracturar un sentimiento, terminan por sembrar otro tipo de emociones: las que infunde la muerte. La de un ser querido. La de un hijo… o la de seis recién nacidos.
Así fue el 14 de febrero para esas seis familias, que vieron morir a sus hijos en la terapia intensiva neonatal del Centro Pediátrico Menca de Leoni, en San Félix, luego de una falla eléctrica.
El neonatólogo José Ángel Chavero, encargado del área, informó que el miércoles al mediodía hubo una falla eléctrica en el sector de Guaiparo, donde se encuentra el pediátrico. El personal del centro intentó encender la planta eléctrica pero esta no funcionó, ni tampoco lo haría durante las cuatro horas posteriores que duró el apagón. Frente a la eventualidad, el equipo de Chavero, que tenía a los seis recién nacidos conectados a equipos de ventilación mecánica, procedió a activar el mecanismo de ventilación manual.
Pero esto no fue suficiente para salvarlos. A partir de las 2:00 de la tarde, informó Chavero, los neonatos comenzaron a morir, incluso luego de restablecerse el fluido eléctrico a las 4:00 de la tarde, pues -aseguró el especialista- una vez restituido el servicio, no pudieron reactivar los respiradores artificiales por fallas en las presiones de oxígeno y de aire comprimido.
Por eso mantuvieron el procedimiento de ventilación manual, con los equipos que tenían, con el personal que tenían. Pero ninguno de los contumaces esfuerzos del equipo médico fueron suficientes para salvar a los seis pequeños que murieron entre las 2:00 de la tarde y las 12:00 de la noche.
Varias relatorías de Naciones Unidas, como la del derecho a una vivienda adecuada, la del derecho a la alimentación, la de la salud, y la encargada de pobreza extrema y derechos humanos, instaron a Maduro la semana pasada a tomar medidas urgentes para frenar la crisis que mata de mengua a los venezolanos.
Así fue el 14 de febrero en el único hospital de San Félix, el ala más grande de Ciudad Guayana, con una población de 445.414 personas (un 63,02% de la población del municipio Caroní), según el Censo del Instituto Nacional de Estadísticas de 2011.
Al día siguiente, el jueves en la mañana, una reunión del equipo médico del servicio de Pediatría y Neonatología con la dirección del centro de salud confirmaba lo evidente: el colapso de la terapia neonatal y su cierre temporal, dada su incapacidad de atender a recién nacidos con algún tipo de afección.
El cierre de la unidad es también una muerte. Una que preludia la de estos seis bebés, que a su vez aumenta a 27 el número de decesos en el Centro Pediátrico Menca de Leoni este año.
Con información de La Patilla