CCD La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) urgió el jueves al Estado venezolano «a respetar y garantizar» los derechos de la población a alimentación y salud y rechazó la represión violenta de las protestas que surgen.
«El Estado Venezolano debe redoblar esfuerzos para garantizar niveles esenciales para proteger a su población del hambre» y el acceso a la atención sanitaria, dijo en un comunicado.
También expresó su inquietud por reportes públicos de «la negativa (de las autoridades) a recibir cooperación internacional para paliar la crisis económica y social que atraviesa» el país.
La CIDH destacó el «modo alarmante» en que se estaría incrementado el desabastecimiento de alimentos y de medicamentos en Venezuela.
Además, señaló «con suma preocupación» denuncias sobre la distribución desigual de comida por parte del gobierno, que favorecen a los seguidores del presidente Nicolás Maduro y discriminan a los opositores.
También lamentó las tres muertes reportadas entre el 31 de diciembre y el 9 de enero pasado «debido al enfrentamiento y la violencia entre personas tratando de conseguir alimentos y personal de seguridad».
La CIDH y su Relatoría Especial sobre Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales (REDESCA) «expresan su rechazo a todo tipo de violencia o abuso de la fuerza en el marco de manifestaciones fruto de ese contexto», dijo el texto.
El presidente de la CIDH y Relator de País para Venezuela, Francisco Eguiguren, advirtió por su parte que los aumentos de precios de los alimentos y medicamentos sumado a los altos índices de inflación «repercuten directamente en la seguridad alimentaria y en la salud de la población», afectando en particular a los pobres.
«Durante 2017 habrían fallecido entre cinco y seis niños semanalmente por falta de alimentación, y al menos 33% de la población infantil presentaría indicadores de retardo en su crecimiento», señaló la CIDH.
«Asimismo, un promedio de 4,5 millones de personas solo estaría alimentándose una vez al día, y en ocasiones cada dos días, resultando que el 11,4% de la población infantil ya se encontraría en situación de desnutrición», añadió.
La CIDH también reportó «un aumento preocupante» de casos de malaria, zika y difteria y «un serio deterioro» de los bancos de sangre y detalló la carencia de medicamentos.
«Al finalizar 2017, el desabastecimiento de medicinas básicas para enfermedades relacionadas con diabetes, diarrea, hipertensión e infecciones respiratorias agudas se encontraría sobrepasando el 80%», dijo.
Además, «el 85% de las farmacias de la capital venezolana se habrían quedado sin medicación para infecciones oportunistas que atacan a personas viviendo con VIH o sida; y que entre un 95 y un 100% de los hospitales no tendrían antirretrovirales a su disposición».
Por las fallas de atención médica que se generaron por este tema, unas cinco personas fallecieron, apuntó.
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