CCD La crisis de la diálisis no se ha resuelto. De 129 centros de ese servicio en el país, 13 piden cerrar y buscar cupos a los pacientes en otros lugares porque no pueden mantener los costos operativos. Entretanto, fuentes del Ministerio de Salud informaron que el abastecimiento de dializadores está agotándose otra vez y que alcanza para un máximo de 10 días.
El Instituto Venezolano de Seguros Sociales no ajusta desde septiembre del año pasado la tarifa que paga por cada paciente en diálisis, y la hiperinflación ha ido mermando la capacidad económica de las unidades con las que tiene convenio para ofrecerles terapia de sustitución renal a los 15.000 pacientes del país.
Dueños de esas unidades de diálisis informaron que hace 15 días se reunieron en Caracas con el IVSS y les prometieron ajustar las tarifas. Indicaron que desde septiembre de 2017 el instituto gubernamental paga 37.000 bolívares por la terapia de cada paciente, cuando un bombillo cuesta 140.000 bolívares. Solo el mantenimiento de la plata de tratamiento que purifica el agua usada en la diálisis tiene un costo de 42 millones de bolívares, y debe hacerse por lo menos cada 6 meses para evitar contaminación.
En el estado Aragua 4 de los 5 centros de diálisis ya no pueden mantenerse, y 400 pacientes quedarían sin la terapia de sustitución renal, que debe hacerse 3 veces por semana para desintoxicar el cuerpo y evitar la muerte.
En el estado Bolívar 6 unidades están en quiebra, lo cual afectaría a 220 pacientes, así como en Portuguesa otras 2 que atienden a 470 personas, y en Miranda un centro en Guatire con 67 pacientes.
Además, el Seguro Social cambió la periodicidad de distribución debido a la crisis de insumos, y el material es repartido cada tres días en el interior del país –pese al aumento de los costos de transporte–debido a la escasez.
Personal del Seguro advirtió que queda material para un máximo de 10 días de diálisis, y que podría repetirse un desabastecimiento similar al del 22 de enero, cuando 32 unidades de diálisis del país se paralizaron y los pacientes pasaron hasta 8 días sin el tratamiento de sustitución renal porque no se pagó a tiempo la orden de compra.
El paciente renal Luis Landa, del estado Aragua, denunció que luego del desabastecimiento de insumos en enero, los dializadores llegan para el tratamiento de un máximo de tres días, y hay sábados en que los enfermos no saben si podrán hacerse el tratamiento. Aseguró que durante un mes estuvieron dializándose con filtros usados de niños.
Bajo la administración del general Carlos Rotondaro, destituido en noviembre del año pasado, la distribución se hacía para abastecer un mes completo.
“El personal médico dice que no se pueden mantener más, pero no nos han dicho que habrá un cierre pronto”, manifestó preocupado Landa.
En el estado Bolívar personal de salud informó que en Ciudad Bolívar cerraron 2 de las 5 unidades que había; en San Félix queda una de 2 y en Upata cerró el lugar donde se aplicaba diálisis, por lo que todos los paciente deben viajar casi hora y media hasta San Félix, la ciudad más cercana con centro de atención, para recibir la terapia de sustitución renal.
Altísimos precios
En total, un paciente renal puede gastar hasta 4 millones de bolívares semanales para mantenerse en buen estado de salud y completar los insumos que el Seguro Social dejó de entregar paulatinamente.
“La situación es angustiante porque desde hace cuatro años nos han ido recortando los insumos, hasta que hicimos crisis total. Pero hay tanto amedrentamiento, que a mis compañeros les da más miedo denunciar que morirse. Uno me dijo que iba a perder los combos del CLAP si seguía yendo a reuniones de reclamo”, señaló Luis Alberto Rivas, que tiene cinco años en diálisis.
El Nacional