CCD | La polémica tiene como telón de fondo el popular concurso de belleza nacional, por lo que las opiniones han acaparado la atención de buena parte de la población. Varias de las involucradas son cuestionadas por haber trabajado para una fundación que afirma dedicarse «al apoyo de la infancia» y que era dirigida por Diego Salazar Carreño, actualmente preso en Venezuela por lavado de dinero en la Banca Privada de Andorra (BPA).
Salazar, un primo del expresidente de la estatal petrolera PDVSA Rafael Ramírez Carreño, aparece en fotografías con algunas exreinas de belleza en medio de actos benéficos de la fundación.
Los señalamientos los inició la presentadora de televisión y exconcursante Anarella Bono, que la semana pasada aseguró que son varias las reinas de belleza vinculadas con Salazar y con otros empresarios en la fundación.
Insistió en que algunas ganadoras del Miss Venezuela y otras que obtuvieron la corona del Miss Universo son «enchufadas», como llaman en el país a quienes se lucran por vínculos con el Gobierno. Esta aseveración fue secundada por Hannelly Quintero, que obtuvo el segundo lugar en el Miss Venezuela en 2007.
«Repartían a los más necesitados y a ellas les llenaban la cuenta en dólares sacados del desangre de PDVSA», escribió Quintero al pie de una fotografía que muestra en un supuesto acto de la «Fundación Diego Salazar» a Stefanía Fernández y Vanessa Goncalves, ganadoras del certamen de belleza en los años 2008 y 2010, respectivamente.
La también presentadora de televisión aseguró que las jóvenes que se relacionaron con Diego Salazar obtuvieron de manera fraudulenta «apartamentos, carros, viajes y lujos». Todo esto sucede mientras la Fiscalía venezolana investiga tramas de corrupción dentro de la estatal PDVSA que habrían ocasionado pérdidas de miles de millones de dólares al país petrolero, que desde hace más de cuatro años atraviesa una severa crisis económica y social.
Las acusaciones entre las exreinas han desatado una vorágine cibernética que ha dado paso a críticas y descalificaciones entre una decena de ellas por sus cercanías -reales o aparentes, efímeras o duraderas- con dirigentes de la llamada revolución bolivariana que se instauró en el país en 1999.
La puerta también se abrió en las redes sociales para un cúmulo de denuncias contra el certamen de belleza nacional, conocido como la fábrica de reinas, que ha sido acusado -sin pruebas contundentes hasta el momento- de permitir o estimular encuentros entre las candidatas y los poderosos allegados al chavismo.
Cisneros Media y el canal privado Venevisión, responsables del manejo de la Organización Miss Venezuela, aseguraron no tener conocimiento de los «hechos descritos» en redes sociales ni medios o medios digitales.
Ambas empresas dicen además, que no están involucradas «en ninguna de las actividades que sus empleados, candidatas, asesores, representantes o asociados realicen fuera de las acciones propias del concurso».
Por ello, «rechazan contundentemente cualquier intento de involucrarla en actos distintos a la naturaleza de su actividad y desconoce cualquier tipo de relación o acto que pueda quebrantar el espíritu, ética y valores del certamen». »
La Organización Miss Venezuela no mantiene ni ha mantenido relación alguna con la Fundación Diego Salazar» agregaron fuentes del certamen.
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El Miss Venezuela ha sido por décadas motivo de orgullo para millones de personas en un país que se jacta de ser una fábrica de reinas de belleza, habiendo ganado siete veces el Miss Universo y seis el Miss Mundo.
Sin embargo, el peor rostro de algunas misses apareció el fin de semana pasado con intercambios de mensajes virales en los que se llamaban «zorras», «prostitutas» y «enchufadas», un término usado peyorativamente contra quienes supuestamente se benefician de la corrupción del chavismo.
El escándalo estalló cuando una cuenta en Instagram (@OsmideJesus) difundió imágenes de la exmiss Zoraya Villarreal en actos públicos con la fundación del empresario Diego Salazar, arrestado por una multimillonaria trama de corrupción en la petrolera estatal PDVSA.
La publicación desató un fuerte cruce de insultos entre una decena de exmisses y animadoras de televisión, entre ellas Annarella Bono, quien salió en defensa de Villarreal, insinuando que otras exconcursantes estarían involucradas en casos de corrupción y favores sexuales.
Fuente: El Tiempo