CCD | ¿Cuál es el avance en el programa de ajuste del gobierno? Transcurridos menos de quince días desde la alocución de Maduro, el régimen pareciera atrapado en sus propios demonios.
Mas allá de las anécdotas de los primeros días, las caras de asombro de los ministros, los disparates de Jorge Rodríguez al señalar que un mes tiene ochocientas horas de trabajo, o la patinada de Maduro afirmando que los certificados de ahorro se pueden comprar con un mes de salario, la realidad es que el régimen continúa montado en una operación de engaño a la población.
El 17 de agosto el discurso estaba lleno de fórmulas como el equilibrio fiscal, la disciplina prusiana , el final de la emisión inorgánica de dinero, todas frases prestadas de su equipo de asesores macroeconómicos, los cuales finalmente convencieron al autócrata de tomar medidas ante la hiperinflación, quizás uno de los episodios mas letales en la historia económica de los últimos 80 años.
Pero en menos de dos semanas , el régimen retomó el discurso de exorcizar a la empresa privada, la misma política de controles de la que parecía renegar pocos días antes.
El resultado práctico es un aumento de salarios que muy rápidamente se desvanece, un mercado cambiario en que el precio anunciado por el gobierno ya genera una prima sobre el mercado oficial de casi un 90%, mucho peor a la que existía antes del anuncio.
Pareciera que los ventrílocuos detrás de discurso del 17 de agosto hicieron un muy pobre trabajo de convencimiento. El discurso de la disciplina fiscal devino en otros conjuros para continuar satanizando al sector privado. El llamado a traer los capitales se transformó en perseguir a quienes realicen operaciones en sus cuentas en bolívares desde el exterior.
Definitivamente el discurso inicial era una lección de macroeconomía no bien aprendida. Pero alguien pudiese pensar que aun así el régimen monta el show con gerentes presos y por el otro lado hace el ajuste fiscal que necesita. Pero tampoco es así. Esa vuelta a los controles en el campo del ajuste fiscal esta acompañado de la misma irresponsabilidad anterior, donde Maduro se siente mas cómodo y ha sabido sacarle provecho para sus allegados con los negociados en base al diferencial cambiario.
Es cierto que las cuentas fiscales no se cuadran de las noche a la mañana, pero en esas dos semanas luego de la locución, los primeros números no son nada alentadores. El régimen incrementó el salario mínimo, otorgó el bono de reconversión y ofrece subsidios y para ello necesitara mas bolívares del BCV.
La devaluación poco hace para equilibrar las cifras por cuanto es el mismo régimen el gran importador. El aumento de la gasolina , vendida como una macro operación contra el contrabando, con cerca de 4 millones de vehículos censados para optar al subsidio, dejará la distorsión en el consumo interno prácticamente intacta. Al final la gasolina, así como muchas tarifas públicas se van incrementar por el efecto redondeo, el deslizamiento del cono monetario – no hay como pagar los antiguos precios con los actuales billetes – pero el llevar la gasolina a su precio real será una amenaza en el aire.
Todavía queda por verse que pasará con el débito bancario y los 4 puntos adicionales de IVA, pero el incremento del gasto es de tal naturaleza que la disminución en las necesidades de financiamiento desde el BCV son poco significativas para enfrentar la tragedia de la hiperinflación.
La operación de engaño y venta de ilusiones tiene muy poco espacio. En condiciones en que los precios se duplican en menos de un mes, la desilusión se expande muy rápidamente.
CCD