CCD | Fue declarado prófugo por la justicia de EEUU por transferir $200 millones de los fondos petroleros del país a los hijastros de un alto funcionario venezolano como parte de una red de lavado de dinero. Es amigo de los hijos de Cilia Flores, y trabajó para ella en 2013, en la Procuraduría General.
Joven, adinerado e investigado por la justicia estadounidense: Mario Enrique Bonilla Vallera, de 28 años, forma parte del esquema de lavado de $1.200 millones provenientes de operaciones fraudulentas de Pdvsa, en el que han sido implicados funcionarios venezolanos, banqueros extranjeros, e, incluso, el dueño de Globovisión, Raúl Gorrín.
Aunque Bonilla no pertenece actualmente a ningún organismo del Estado, sí ha tenido conexiones con el Gobierno que comenzaron en la universidad, cuando estudió con el hijo menor de Cilia Flores, Yoswal Alexander, y se afianzaron en 2013, cuando ingresó a la nómina la Procuraduría General, dirigida entonces por la primera dama.
Desde ese momento, el abogado comenzó a viajar con regularidad, y cambió los aviones comerciales por vuelos chárter, de acuerdo con fuentes de migración. También estableció compañías en Miami y Panamá.
Pero, ¿el éxito de este joven empresario es legítimo? Las autoridades estadounidenses señalan a Bonilla, agregado a la acusación el 17 de agosto de 2018 como testaferro de “Los Chamos”, hijastros del “Funcionario 2”, a quienes transfirió importantes sumas de dinero de los fondos petroleros venezolanos.
Conexiones claras, nombres ocultos
“Los Chamos” y el “Funcionario 2”, su padrastro, aún no han sido identificados en las audiencias o en los registros de casos vinculados al lavado de $1.200 millones de la estatal venezolana Pdvsa. Sin embargo, la conexión con Mario Bonilla sí ha sido clara. El venezolano es acusado por la justicia estadounidense de ser su testaferro en cuentas bancarias y otros negocios, y de haberles transferido $200 millones, provenientes de este esquema corrupto.
En agosto, fiscales de Estados Unidos congelaron propiedades y activos en el sur de Florida pertenecientes a empresarios involucrados en el delito: 17 viviendas y algunas fincas de caballos, cuyo valor oscila entre $22 millones y $35 millones.
Cuatro de las casas se ubican en la exclusiva zona de Cocoplum, en Coral Gables, y una de ellas pertenece a Mario Bonilla, de acuerdo con la dirección fiscal que registra una de sus empresas en Florida. Las propiedades congeladas serán confiscadas si los acusados son declarados culpables.
Pero, ¿qué conexión tiene Bonilla con el Estado venezolano? Mario Bonilla, de acuerdo con información obtenida por El Pitazo, estudió en la Universidad Santa María, donde coincidió y entabló una amistad con Yoswal Alexander Gavidia Flores, hijo menor de la primera dama.
Este vínculo le abrió las puertas en la Procuraduría General de la República, a la que ingresó como trabajador el 7 de enero de 2013. Para entonces, Flores estaba al frente de la institución.
Su labor en la Procuraduría cesó el 5 de junio de 2014, devengando un salario mensual de 1.119,32 bolívares. En total, durante casi año y medio, de acuerdo con su cuenta individual en el Seguro Social, acumuló un salario de Bs. 82.829,68.
Tras su salida del ente, no fue inscrito en el IVSS, como trabajador, por ninguna otra empresa. Sin embargo, fuera de Venezuela, iniciaría una fructuosa trayectoria, ahora como empresario.
¿Trabajo duro o vínculos fraudulentos?
Mario Bonilla pertenece a la junta directiva de ocho empresas en el extranjero. En Panamá, funge como presidente de la sociedad anónima Scruton Investment Corp, creada en marzo de 2016 para la comercialización de productos agroindustriales.
En Florida, según el portal Open Corporates, pertenece a siete compañías más: Bogasa Intl Investment Group, Bogasa International Investment y Bogasa Associated Group, en las que está registrado como agente; y Grupo 58 Investment, Global Investment 58, International Goods and Properties y Ramayo Associated en las que aparece como presidente.
Todas las empresas en Florida tienen dos aspectos en común: fueron creadas en fechas similares, dos el 18 de noviembre de 2015, tres el 23 de noviembre de 2015 y dos el 10 de agosto de 2016. Y en cinco de la compañías su socio es el mismo: Raúl Saavedra Campos.
Como Bonilla, Campos trabajó también para el Estado venezolano, en el Fondo Nacional de Desarrollo Urbano (Fondur), hasta febrero de 2003. Pese a no registrar más salarios devengados con ninguna otra empresa (de acuerdo con su cuenta individual del Seguro Social) Saavedra también posee una propiedad en Estados Unidos, en Doral, según registros del Proyecto de Denuncia de la Corrupción y el Crimen Organizado (OCCRP por sus siglas en inglés).
En la misma base de datos (OCCRP), Mario Bonilla posee un registro como presidente de una empresa venezolana, Alpha Corporation 17, con sede en Las Mercedes. De acuerdo con el portal Pymes Venezuela, la compañía solo tiene dos trabajadores registrados. El Pitazo se dirigió a la dirección señalada por este portal, pero el edificio indicado —La Huayrita, al lado del CDI de Chuao— no existe.
Un fugitivo en Venezuela
La información migratoria de Mario Bonilla desde 2005 hasta 2018 registra 75 vuelos, 57 de ellos realizados después de su ingreso a la Procuraduría General, el 7 de enero de 2013. La fecha, en la que incrementó considerablemente la frecuencia de sus vuelos, coincide además, con el cambio del medio de traslado del ex funcionario, quien empezó a viajar de forma regular en vuelo chárter.
Sin embargo, el dato más importante que arroja la data del Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería venezolano (Saime) es su ubicación actual.
Tras su vinculación con el esquema de lavado de $1.200 millones, proveniente de operaciones fraudulentas de Pdvsa, Mario Bonilla fue citado a una audiencia el 16 de agosto de 2018 en Florida, a la que no asistió.
Por esta razón, desde el 25 de septiembre fue declarado prófugo, por la justicia estadounidense, junto con Francisco Convit Guruceaga; José Vicente Amparan Croquer, alias “Chente”; Carmelo Urdaneta, Gustavo Adolfo Hernández Frieri, Hugo André Ramalho Gois, Marcelo Federico Gutiérrez Acosta y Lara.
¿Dónde se encontraba Bonilla al momento de la citación? Según su histórico de viajes, Bonilla ingresó a Venezuela en un vuelo privado, proveniente desde Santa María, Portugal, el 31 de julio de 2018. Lo hizo con su cédula de identidad, y no con su pasaporte y, desde entonces, no registra ninguna salida del país. Mario Bonilla, fugitivo estadounidense, está en Venezuela.
Fuente: El Pitazo