En una entrevista publicada por EXPANSIÓN, Antonio Ecarri, embajador de Juan Guaidó en España, estimaba en unos 300.000 millones de dólares el dinero huido de Venezuela durante el régimen “chavomadurista”, cifra que otras fuentes opositoras, como el presidente de la Comisión de Contraloría del Parlamento venezolano (el máximo órgano de control fiscal del Estado), Freddy Superlano, situó recientemente por encima incluso de los 400.000 millones de dólares desde 2003.
Fue ese año cuando el entonces presidente venezolano, Hugo Chávez, implantó controles de cambio en las divisas para intentar frenar la fuga de capitales. Esa última cifra representa casi dos veces el PIB registrado en Venezuela en 2016.
Control de todas las divisas
La salida en masa de recursos de Venezuela comenzó, precisamente, tras esa controvertida medida, adoptada en febrero de 2003 y que otorgó al régimen de Chávez, primero, y al de Nicolás Maduro, después, el control casi absoluto de las divisas que entraban y salían del país.
Las restricciones dificultaron el movimiento de divisas entre los particulares y el sector privado, pero no entre los miembros del aparato del estado, un entramado de crecientes corruptelas formado por civiles, funcionarios, empresarios afines y militares que tomaron las riendas de la riqueza del país, en gran parte a través de la petrolera estatal Pdvsa, el gran arma económica del régimen, ya que alrededor del 95% de los ingresos por exportaciones que recibe Venezuela proceden de las ventas de crudo.
Las denuncias de corrupción en Pdvsa, hoy bajo la presión de las sanciones de Estados Unidos, destinatario hasta hace poco de alrededor de un 20% del oro negro venezolano, llegan hasta este lado del Atlántico.
En Andorra, dos exministros del fallecido Hugo Chávez se encuentran actualmente procesados, junto a otras 26 personas, por el expolio y blanqueo de al menos 2.000 millones de dólares de la petrolera entre 2007 y 2012.
Otro ejemplo: la oposición denuncia que el que fuera tesorero de la Administración de Chávez entre 2007 y 2010, Alejandro Andrade, ayudó a un grupo de empresarios, entre ellos el dueño del canal privado de televisión Globovisión, Raúl Gorrín, a defraudar cerca de 30.000 millones de dólares mediante el acceso a divisas a un tipo preferencial.
El político venezolano Carlos Tablante, exgobernador del estado venezolano de Aragua, miembro de la directiva nacional del movimiento opositor Frente Amplio Venezuela Libre y coautor del libro El gran saqueo, describe a EXPANSIÓN otros modus operandi para el desvío de fondos al exterior mediante el pago, por ejemplo, de “100.000 toneladas de carne de las que solo llegaban 1.000 al país”, o a través de la adquisición a terceros países, como Cuba, de plantas eléctricas “obsoletas” y “sin el equipamiento adecuado para funcionar”, que Tablante considera el germen de los recientes apagones que dejaron Venezuela al borde del colapso.
Fuga de divisas… y de oro
Junto a las tramas de corrupción o el recurso a importaciones ficticias, el régimen venezolano ha utilizado también otras fórmulas para vaciar el país, como la salida el pasado mes de febrero de 8 toneladas de oro del Banco Central de Venezuela, de las que 7,4 toneladas aparecieron de contrabando en Uganda. Se ignora dónde se encuentran las 0,6 toneladas restantes.
Previamente, en enero, la firma de inversiones Noor Capital, de Abu Dabi, reconoció haber adquirido 3 toneladas de oro venezolano, justo antes de la autoproclamación de Juan Guaidó como presidente encargado del país caribeño y su posterior reconocimiento como mandatario legítimo por una cincuentena de países, entre ellos España.
Tras este vuelco político, que ha situado al régimen de Maduro entre la espada y la pared, Noor Capital se comprometió públicamente a no efectuar nuevas compras en tanto no se normalice la situación en el país y este tipo de operaciones vuelvan a estar en consonancia con la legalidad internacional vigente.
La irrupción de Guaidó pudo frustrar un plan más amplio, ya que según Reuters, el plan del Gobierno de Maduro pasaba por la venta en febrero de alrededor de 29 toneladas de oro a Emiratos Árabes Unidos para obtener liquidez con la que sufragar las importaciones de productos básicos. De acuerdo con la agencia de noticias, el régimen forzó la salida de dos altos funcionarios del banco central que se negaron a autorizar la venta del metal precioso.
El opositor Tablante insiste en la necesidad de “seguir el rastro del dinero” para recuperar al menos una parte. Considera que si “recuperásemos la mitad de lo que nos robaron, tendríamos suficiente para cubrir la emergencia nacional que padece hoy Venezuela”.
El rastro no es fácil de seguir, pero Guaidó y el espíritu de cambio que representa su Gobierno interino no se rinden y piden a Europa que se congelen las cuentas de Maduro en el viejo continente para evitar un mayor “despilfarro de los recursos de nuestro país”, como ha señalado Ecarri.