Se confirma así la información que circulaba desde hace años: luego del golpe de Estado de 2002, y en vista de la posibilidad de que en cualquier momento hubiera otro intento de arrojarlos del poder, Chávez y su partido habrían decidido hacer “un pote” para financiar su proyecto político.
En la reunión también estuvieron presentes Luis Marín, expresidente de la filial de PDVSA en EEUU y Carlos Aguilera, exdirector de la DISIP, quien según fuentes de Cuentas Claras Digital, estaría en España colaborando con las autoridades en las investigaciones que adelantan sobre funcionarios y empresarios del chavismo-madurismo.
Lo que en un principio se inició con un objetivo político, terminó siendo el origen del enriquecimiento ilícito y grotesco de la élite chavista y madurista que saqueó mas de 350.000 millones de dólares al pueblo de Venezuela.
Aquí el fragmento de la nota de El Confidencial:
“El esquema de malversación organizada de los sucesivos gobiernos chavistas comenzó a fraguarse a mediados de 2002 durante una reunión en el palacio presidencial de Miraflores, según ha conocido en exclusiva este medio. A ella asistieron, entre otros, el presidente Hugo Chávez, Carlos Aguilera, entonces jefe de la Inteligencia militar, Luis Marín, empresario del sector energético y expresidente de la filial de PDVSA en EEUU, y Rafael Ramírez, en aquel momento todopoderoso ministro del Poder Popular de Petróleo y Minería. Fue este último, precisamente, quien expuso durante el encuentro la necesidad de derivar al extranjero parte de los beneficios de la venta internacional de crudo para financiar el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y también para generar ahorros en divisas a través de la compra de bonos nacionales como los del Reino Unido.
En un momento de la reunión, Chávez dijo sentirse aturdido por el plan diseñado por Ramírez y su hombre de confianza, Luis Marín. Exigió que le llevaran un café para reponerse. Al poco tiempo, Carlos Aguilera se marchó del país huyendo de esa idea. Si luego el presidente estuvo al corriente o no de esas redes de corrupción institucionalizada, este diario no lo puede afirmar, pero su ejecución ha sido una realidad hasta fechas recientes, con el pleno conocimiento de Nicolás Maduro y su red clientelar. Ese proceso de malversación de caudales públicos ha originado el enriquecimiento de un grupo de oficiales y altos funcionarios del chavismo. Personas acreditadas lo relatan para este artículo.
Ese encuentro sentó las bases de redes de la corrupción institucional en el seno de los sucesivos gobiernos bolivarianos que posteriormente han desencadenado un expolio masivo de