Carlos Aranda, quien tenía un récord como futbolista desde hace casi dos décadas, era una pieza del cartel de los Aranda, que se habrían valido de su condición para blanquear dinero procedente del narcotráfico a través de la compra de inmuebles.
El martes 28 de mayo, la Policía Nacional de España detuvo al menos a once personas implicadas en el amaño de partidos de fútbol, con los que recibirían 100 mil euros por apuestas deportivas. Carlos Aranda se encontraba entre los detenidos por la “Operación Oikos”.
«La pertenencia a una organización criminal dedicada al amaño de partidos no es el negocio principal de Aranda, sino que podría considerarse como una inversión para el posterior blanqueo de capitales procedente del tráfico de drogas», subrayan los investigadores de Oikos. Las autoridades afirman que los Aranda se dedicarían al tráfico de hachís y cocaína.
Negocio familiar
La dirección del cartel de los Aranda estaría encabezada por los tíos del exfutbolista, y se conoce que operaban en su residencia familiar, un domicilio caracterizado por la ausencia de puntos de vigilancia.
Salvador Aranda y otro tío del jugador, se dedicaban al «transporte de grandes cantidades de hachís y polen de hachís desde Marruecos a las costas malagueñas». Para facilitar el trayecto de la mercancía compraron varias motos de agua, quienes además se asociaron con el propietario de un club de buceo de la zona.
La policía considera que sus tíos se valieron de su solvencia económica como jugador profesional de fútbol, para blanquear el dinero de procedencia ilícita con operaciones realizadas por el jugador.
Al clan se les confiscaron estupefacientes que sumaban un total de 2.3 millones de euros. Además de numerosos diamantes y esmeraldas, monedas de plata y oro, y anillos de oro con incrustaciones de piedras preciosas. También fue intervenido un arsenal que albergaba incluso armas de guerra.