El expresidente de Interpol Meng Hongwei fue acusado ayer en un juzgado chino de aceptar sobornos por un aproximado de 1.7 millones de euros, delito del cual se ha encontrado culpable. El acusado fue procesado por «abusar de su autoridad» para ayudar a empresas y a particulares a obtener «ganancias ilegales» desde 2005 hasta 2017.
Durante esos años, el expresidente de Interpol, fue también viceministro de Seguridad Pública y jefe de la Policía Marítima en ese país.
Se conoce el tribunal dictará sentencia en una fecha próxima, y de acuerdo a la agencia estatal Xinhua, en su alegación final, el acusado expresó «remordimiento».
El 24 de abril, el Tribunal Supremo chino dictó una orden oficial de detención contra el expresidente de Interpol, a quien habían detenido sin acusación formal y en paradero desconocido desde septiembre.
El 26 de marzo había sido expulsado del Partido Comunista de China, y se rumora que desapareció misteriosamente tras subir a un avión con destino a China el pasado 25 de septiembre. Ante la presión de la comunidad internacional, la Comisión Nacional de Supervisión (el órgano anticorrupción chino) corroboró su captura en octubre.
Días después, la Interpol anunció la dimisión de su presidente, luego de que él mismo renunciara al cargo en una carta.
La ley en China, permite a las autoridades mantener incomunicados y en un lugar secreto hasta seis meses, a sospechosos de ofensas contra la seguridad nacional, acusados de terrorismo o sobornos, normativa que se aplica en su mayoría a disidentes o activistas.
Desde el inicio de la presidencia de Xi Jinping en 2013, se conoce que China ha juzgado a numerosos altos funcionarios por recibir sobornos dentro de su campaña anticorrupción.