Dragoslav Ilic (Serbia) es el dueño de la empresa panameña que hace negocios en negro con el petróleo del régimen, la cual, según fuentes, ha realizado acuerdos por un valor de 130 millones de dólares con PDVSA, que consistirían principalmente en enviar el crudo a Asia.
Hace 5 meses, el Departamento del Tesoro de EEUU aplicó sanciones a PDVSA, sin embargo, estos nuevos comerciantes pretenden evadir estas medidas en el sistema financiero global mediante el trueque del petróleo y la reventa a terceros.
La compañía de Dragoslav Ilic, MS International, intercambia el petróleo por gasolina y componentes de gasolina, lo que ayuda a Maduro a mantener a sus aliados leales a través del suministro de combustible altamente subsidiado. Hasta hace poco, nadie en la industria había oído hablar de Ilic o su compañía.
“En conclusión, Venezuela necesita efectivo, diluyentes y gasolina porque carecen de combustibles”, señaló el director gerente de Clearview Energy Partners LLC.
Se repite la historia
Un profesor del Instituto Baker de la Universidad Rice, indicó que los comerciantes le recuerdan a los que ayudaron al régimen a superar la huelga petrolera de 2002-3: «estas pequeñas casas de comercio están haciendo lo mismo, ayudando al régimen a obtener efectivo o gasolina o diluyentes para producir petróleo crudo».
Históricamente, la filial de PDVSA, Citgo Petroleum Corp. y las refinerías independientes Valero Energy Corp y Phillips 66, fueron los mayores compradores de petróleo venezolano en EEUU.
Además de Ilic, la petrolera estatal rusa Rosneft, las refinerías indias y China, están ayudando a PDVSA a sobrevivir, las cuales le han prestado en conjunto alrededor de 60 mil millones de dólares durante los últimos 10 años. Aparentemente, los barriles se revenden a India e independientes en China.
Ilic había figurado en los titulares de Argentina hace 12 años por un escándalo de narcotráfico conocido como Viñas Blancas, o Viñedos blancos, en el que algunos de los acusados traficaban cocaína colombiana a Europa en botellas de vino. Igualmente, el comerciante pasó 4 años y 7 meses en prisión en los Países Bajos (1997) por participar en la preparación de un intento de homicidio.
El régimen también envía petróleo a Cuba a cambio de agentes que protegen a Maduro y le suministran inteligencia clave, país que continúa recibiendo al menos tres cargamentos de petróleo por mes, según autoridades. Los buques que se dirigen a este destino, apagan sus transpondedores para ocultarse del radar de EEUU.
China y Rusia también continúan recibiendo petróleo en concepto de pago de viejas deudas.
Venezuela tiene más reservas probadas de petróleo que cualquier otra nación, y desde el inicio del régimen chavista hace 20 años, los ingresos se han fugado por los delitos de corrupción. La producción de petróleo ha caído desde un máximo de 3,71 millones de barriles por día a 741,000.
Cuenta la leyenda…
Hace muchos años, comprar petróleo de Venezuela era casi un privilegio, según los comerciantes de larga data. Los compradores debían seguir un conjunto de reglas y no podían revender los productos a otros comerciantes. Tenían que presentar una prueba que sustentara qué refinador finalmente procesaría el petróleo. Y podría entregar el petróleo a cualquier parte del mundo, a excepción de los EEUU, el mercado estadounidense pertenecía a PDVSA.
Hoy en día, se ignoran las reglas sobre dónde y a quién vende la estatal petrolera. Las refinerías estadounidenses, y grandes nombres comerciales como Trafigura Group Ltd. y Lukoil PJSC también rompieron relaciones. Los acuerdos con MS Internacional y otras firmas pretenden llenar el vacío, afirman los comerciantes y los funcionarios de la oposición.
«Somos conscientes de que las compañías compran y venden petróleo venezolano a pesar de las sanciones de los EEUU», dijo en una entrevista en Nueva York el fiscal especial del gobierno interino. «Maduro está utilizando el apoyo que está obteniendo de las compañías que realizan transacciones con el petróleo venezolano para comprar la lealtad de las empresas y los países, incluida Cuba», añadió.