La construcción masiva de gimnasios verticales en los barrios populares de Venezuela, comenzaría en 2013 con el inicio del mandato de Nicolás Maduro. Estos proyectos, así como muchos otros del régimen, quedaron a medio hacer o abandonados. Sin embargo, de acuerdo a una investigación de Armando Info, Alex Saab y su socio álvaro Pulido salieron ganadores de ese convenio.
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Los empresarios colombianos, sancionados por el Tesoro de EEUU, «lograron un contrato que, en cuestión de semanas, pasó de 60 a 100 millones de dólares gracias a la Fundación Pro-Patria 2000», indica el informe de Armando Info, quienes además de beneficiarse de los múltiples contratos aprobados por el régimen, «los gimnasios verticales también sirvieron como vínculo de los contratistas con familiares de Cilia Flores», añade.
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La Fundación Pro-Patria 2000, fue el organismo estatal que sirvió como puente a los colombianos para que el contrato incrementara de 60 a 100 millones de dólares, el cual estuvo bajo la dirección de Walter Jacob Gavidia Flores y Carlos Erick Malpica Flores (hijo mayor y sobrino de Cilia Flores).
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Walter Jacob Gavidia Flores, hijastro de Maduro, fue acusado por el Departamento del Tesoro de EEUU junto a sus dos hermanos, Yoswal Alexander Gavidia Flores y Yosser Daniel Gavidia Flores, de recibir sobornos del propio Alex Saab a cambio de contratos sobrevalorados con el régimen.
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Los documentos a los que tuvo acceso Armando Info, revelan que desde 2013 inició el contrato del proyecto de los gimnasios verticales entre los empresarios colombianos y Pro-patria 2000, a través del Consorcio de Estructuras Metálicas Modernas creado específicamente para ese fin, que además lo conformaban la firma colombiana Guillermo González Zuleta y Cia Ltda. con el Fondo Global de Construcción, la compañía con la que Saab y Pulido iniciaron en 2011 sus negocios con el chavismo.
