Samark López posee una cuenta con 270 millones de dólares, yates, aviones, entre otras propiedades en EEUU, que cuatro víctimas de las FARC quieren embargar por estar presuntamente vinculado con esta organización guerrillera. El empresario venezolano fue sancionado por el Departamento del Tesoro por lavado de dinero, y fue incluido recientemente en una lista de los narcotraficantes más buscados del gobierno de EEUU.
López niega rotundamente vínculos con el narcotráfico, y el defensor de su caso es el exfiscal Dick Gregorie, quien lideró hasta hace un año la ofensiva en contra de los empresarios y funcionarios corruptos de Venezuela. Gregorie señaló que «no hay una sola evidencia, fuente o documento que demuestre que Samark José López Bello ha estado involucrado alguna vez en transacciones de narcóticos o haya realizado alguna transacción con un miembro de las FARC».
Un exagente de la DEA alega que López tiene vínculos con la organización guerrillera de forma indirecta, y no fue hasta febrero que cuatro contratistas estadounidenses secuestrados por las FARC en 2003, liberados cinco años después, solicitaron el embargo de los bienes al empresario en EEUU.
Las víctimas afirman que su fortuna está ligada con las FARC, quienes se basan en un comunicado de febrero de 2017 donde el Departamento del Tesoro de identificó a López como testaferro de Tareck El Aissami, considerado narcotraficante por la misma entidad.
De acuerdo al informe: «López Bello es un testaferro clave de El Aissami y en esa condición lava dividendos de la droga…es usado por El Aissami para comprar ciertos bienes».
A pesar de la firma del acuerdo de paz entre los guerrilleros y el gobierno de Colombia, las FARC siguen siendo catalogadas como un grupo terrorista por EEUU. Las víctimas esperan obtener al menos 318 millones de dólares como una compensación.