Argentina decretó ayer nuevas medidas de restricciones cambiarias, para enfrentar la crisis de agosto que entrarían en vigencia desde hoy lunes.
El decreto establece que hasta el 31 de diciembre próximo los exportadores de bienes y servicios deberán ingresar al país las divisas y/o negociarlas en el mercado de cambios «en las condiciones y plazos que establezca» el Banco Central argentino.
Las informaciones señalan que los exportadores tendrán que vender en el mercado local las divisas que resulten de sus ventas dentro de los primeros cinco días después del cobro, o 180 días después del permiso de embarque.
Igualmente, no habrá restricciones para importar, pero las empresas no podrán comprar dólares para atesorar. El Banco Central determinará los casos que requieran de autorización previa.
El control cambiario siempre fue criticado por Macri, quien se vio forzado a firmar el decreto «ante diversos factores que impactaron en la evolución de la economía argentina y la incertidumbre provocada en los mercados financieros», «el Ejecutivo se vio en la necesidad de adoptar una serie de medidas extraordinarias tendientes a asegurar el normal funcionamiento de la economía, sostener el nivel de actividad y empleo y proteger a los consumidores», añade el Boletín Oficial.
Según fuentes, no habrá limitantes para sacar dólares de las cuentas bancarias personales y jurídicas, ni para el comercio exterior o viajar.
El monto máximo mensual que podrán adquirir las personas naturales será de 10.000 dólares, y se requerirá autorización previa para compras superiores. Las transferencias a cuentas del exterior tampoco podrán superar esa cantidad al mes.
Estas medidas surgieron tras el «agosto negro» en los mercados, a raíz de que en las primarias del 11 de agosto, Alberto Fernández, candidato presidencial del Frente de Todos, lograra el 47,78 % de los votos, muy lejos del 31,79 % obtenido por Macri.
