Una firma jurídica de Miami presentó una demanda judicial bajo la ley Helms-Burton contra las aerolíneas American Airlines y LATAM por operar en el Aeropuerto Internacional José Martí de La Habana, en nombre del hijo de quien fue su propietario hasta su expropiación hace 60 años. Así lo reseña EFE.
José Ramón López Regueiro, único heredero del empresario José López Vilaboy, quien también era dueño de Cubana de Aviación entre otras empresas y propiedades, dijo en una rueda de prensa que lleva 60 años esperando que «se haga justicia» por el «robo» del que fue víctima su familia después del triunfo de la revolución en 1959.
López también espera indemnización económica, cuyo valor actual del aeropuerto habanero se estima en 1.000 millones de dólares. De acuerdo a la ley Helms-Burton, el denunciante tiene derecho a solicitar una indemnización por el total.
Además, la compensación a pagar sería en este caso triple (según la Ley Helms-Burton), ya que la notificación enviada para advertir que deben cesar sus actividades ilícitas en un plazo de 30 días no tiene respuesta de los notificados.
Esta legislación entró en vigor el pasado 2 de mayo por EEUU, la cual «faculta a los ciudadanos estadounidenses cuyas propiedades en Cuba fueron confiscadas después del triunfo de la revolución en 1959 a demandar en tribunales de EEUU a las empresas que se beneficien de esos activos».
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American Airlines y LATAM no han sido las únicas empresas afectadas, también destacan: Carnival, Expedia, Booking, Trivago, Meliá, Barceló, Iberostar, Accor y Blue Diamond, así como el banco Société Générale (hasta ahora no ha habido fallos judiciales).
«Todas son compañías no cubanas de sociedades capitalistas que tienen la capacidad de dejar de operar» en el aeropuerto José Martí para evitar la demanda, señaló el abogado del caso.
El demandante, que salió de Cuba a los seis años y hoy tiene 66, subrayó que a pesar de que era muy niño todavía recuerda los «21 registros» que sufrieron en su casa habanera por parte de agentes del Gobierno castrista que buscaban las escrituras de las propiedades familiares, incluido la del aeropuerto José Martí.