El petro fue una excusa de Nicolás Maduro para que los círculos del poder chavista siguieran enriqueciéndose a través del lucrativo negocio de las criptomonedas. Se lo dijo a Konzapata el general que se le fue a Maduro y exjefe del Sebin, Cristopher Figuera. Así lo reseñó el diario.
El régimen no sabe qué hacer con los Bitcoins acumulados para eludir las sanciones
Para darle al petro una imagen de oficialidad, Maduro creó la Superintendencia Nacional de Criptoactivos y Actividades Conexas (Sunacrip). Esta no es más que «una estructura a la medida de la corrupción de Maduro y su banda de delincuentes», dice Figuera.
Explica que dentro de la Sunacrip existen varias casas de cambio en las que supuestamente los venezolanos pueden intercambiar sus petros. Pero estas casas de cambio realmente son «fachadas muy bien disimuladas» controladas por los allegados de Maduro:
– Cryptia. «La controla Simón Zerpa, ministro de Finanzas».
– CriptoEx. «La controla Xavier León, viceministro de Finanzas».
– AmberesCoin. «La controla Tareck El Aissami, ministro de Industria y vicepresidente económico».
– CriptoLago. «La controla Omar Prieto, gobernador del Zulia«.
– CriptoMundo. “La controla Joselit Ramírez, superintendente de la Sunacrip”.
– Cave Blockchain. «La controla Nicolasito Maduro Guerra, hijo de Maduro, a través de Julio Makaren«. Este último, jefe de Asociación Cooperativa Mixta de Producción de Bienes y Servicios para la Industria Petrolera según el portal Poderopedia.
El general Cristopher Figuera también cita a otro funcionario de Maduro involucrado en los negocios del petro. El diputado chavista Hugbel Roa, quien instaló una granja de bitcoin cuando era ministro de Educación en unas instalaciones del ministerio en la Base Aérea La Carlota.