Tim Berners-Lee: Inventé la World Wide Web. Así es cómo podemos solucionarlo

"Quería que la web sirviera a la humanidad. No es demasiado tarde para cumplir esa promesa."

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Tim Berners-Lee. Foto Cortesía

Mis padres eran matemáticos. Mi madre ayudó a codificar una de las primeras computadoras de programas almacenados: el Manchester Mark 1. Me enseñaron que cuando programa una computadora, lo que puede hacer está limitado solo por su imaginación. Esa emoción por la experimentación y el cambio me ayudó a construir la World Wide Web. Así lo reseñó Tim Berners-Lee (cofundador de la WWW) para el NY Times.

Tenía la esperanza de que 30 años después de su creación, estaríamos utilizando la web principalmente para servir a la humanidad. Proyectos como Wikipedia, OpenStreetMap y el mundo del software de código abierto son los tipos de herramientas constructivas que esperaba que fluyeran de la web.

Sin embargo, la realidad es mucho más compleja. Las comunidades se están desgarrando a medida que los prejuicios, el odio y la desinformación se venden en línea. Los estafadores usan la web para robar identidades, los acosadores la usan para acosar e intimidar a sus víctimas, y los malos actores subvierten la democracia usando tácticas digitales inteligentes. El uso de anuncios políticos dirigidos en la campaña presidencial 2020 de los Estados Unidos y en las elecciones en otros lugares amenaza una vez más con socavar el entendimiento y las elecciones de los votantes.

Estamos en un punto de inflexión. La forma en que respondamos a este abuso determinará si la web está a la altura de su potencial como una fuerza global para el bien o nos lleva a una distopía digital.

La web necesita una intervención radical de todos los que tienen poder sobre su futuro: gobiernos que pueden legislar y regular; empresas que diseñan productos; grupos de la sociedad civil y activistas que responsabilizan a los poderosos; y cada usuario web que interactúa con otros en línea.

Tenemos que superar el estancamiento que ha caracterizado los intentos anteriores de resolver los problemas que enfrenta la web. Los gobiernos deben dejar de culpar a las plataformas por la inacción, y las empresas deben ser más constructivas en la configuración de la futura regulación, no solo en oponerse a ella.

Estoy presentando un nuevo enfoque para superar ese punto muerto: el Contrato para la Web.

El Contrato para la Web es un plan de acción global creado durante el año pasado por activistas, académicos, empresas, gobiernos y ciudadanos de todo el mundo para garantizar que nuestro mundo en línea sea seguro, capacitador y genuino para todos.

El contrato describe los pasos para evitar el mal uso deliberado de la web y nuestra información. Por ejemplo, hace un llamado a los gobiernos para que publiquen registros de datos públicos, de modo que ya no puedan ocultar a sus propios ciudadanos cómo se utilizan sus datos. Si los gobiernos comparten nuestros datos con empresas privadas, o les compran listas de corredores de datos, tenemos derecho a saber y tomar medidas.

El contrato establece formas de mejorar el diseño del sistema para erradicar los incentivos que recompensan el clickbait o la difusión de la desinformación. La publicidad política dirigida está dando a los partidos políticos la capacidad de subvertir el debate. Necesitamos plataformas para abrir sus cajas negras y explicar claramente cómo están minimizando o eliminando los riesgos que sus productos representan para la sociedad. En mi opinión, los gobiernos deberían imponer una prohibición inmediata de la publicidad política dirigida para restaurar la confianza en nuestro discurso público.

De manera crucial, el contrato también contiene acciones concretas para abordar las consecuencias negativas, aunque no intencionadas, del diseño de la plataforma. Por ejemplo, ¿por qué en una aplicación de ejercicio las mujeres deben preocuparse de que sus rutas precisas para trotar se compartan de manera predeterminada con otros usuarios? Quizás porque fueron diseñados por personas que no piensan en las necesidades de seguridad de las mujeres

Necesitamos una fuerza laboral tremendamente más diversa en nuestras industrias tecnológicas para asegurarnos de que sus productos sirvan a todos los grupos. Y las empresas deberían publicar informes que demuestren significativamente su progreso hacia esos objetivos de diversidad.

Para hacer que el mundo en línea sea un lugar digno de estar, todos debemos usar el Contrato para la Web para luchar ahora por la web que queremos (señala el cofundador de la World Wide Web Foundation).

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