Los fondos de inversión que han adquirido carteras de préstamos vinculados al ladrillo (inmobiliarias), deben inscribirse en un nuevo registro que prepara el Banco de España. Así se lo ha comunicado el propio supervisor bancario español al sector en un reciente documento público en el que responde a distintas dudas surgidas alrededor de la aplicación concreta de la Ley Reguladora de los Contratos de Crédito Inmobiliario, que entró en vigor el pasado marzo.
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Uno de los aspectos con más implicaciones en el corto plazo de la nueva legislación hipotecaria es la creación de sendos registros (supervisados por el Banco de España) para los intermediarios de crédito y para los prestamistas. Desde la aprobación de la ley, las compañías y profesionales de ambas ramas de la actividad inmobiliaria han llevado a cabo los trámites para inscribirse. El plazo de solicitud de inscripción finalizó el 16 de diciembre y, desde ese momento, corren el riesgo de desarrollar su negocio de forma irregular.
Por el momento, los datos oficiales del Banco de España, actualizados hasta el pasado 19 de diciembre, muestran que no hay ningún prestamista inmobiliario inscrito en el nuevo registro.
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Los fondos que durante estos años han comprado miles de millones de carteras del ladrillo descontaban que esta norma los dejaría fuera de su ámbito de aplicación, ya que, aunque han adquirido estos préstamos fallidos, no son entidades que se dediquen a la concesión de crédito.
Sin embargo, el escrito de preguntas y respuestas indica específicamente que «los adquirientes (cesionarios) de los préstamos deberían inscribirse en el registro, dado que han adquirido la condición de prestamistas», según consta en el documento, que continúa señalando que la compra de estas carteras «conlleva el cumplimiento de las obligaciones asociadas a la condición de prestamista, empezando por la inscripción en el correspondiente registro».
