La ministra de Justicia en funciones (España), Dolores Delgado, defendió la creación de un derecho penal internacional del medio ambiente y la creación de un tribunal supranacional que castigue a los responsables de los delitos contra el medio ambiente a nivel internacional, conocidos como ecocidios. Así lo informó Confilegal.
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«Si hemos aceptado que la sanción a las más graves violaciones de los derechos humanos no puede quedar a expensas de la voluntad o la eficacia del sistema judicial de un país, los atentados más graves contra el ecosistema han dejado de ser un asunto nacional para convertirse en una materia de gobernanza global«, subrayó la ministra.
Fue durante su intervención en la apertura de las mesas redondas sobre el Cambio Climático que tuvo lugar en la Conferencia de Naciones Unidas para el Cambio Climático (COP25).
Delgado recordó que el delito medioambiental está previsto en el Código Penal español.
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«Pero tenemos que trascender la regulación y establecer un Convenio Internacional multilateral que recoja todas las agresiones al medio ambiente, que recoja la realidad de lo que es ya un problema medioambiental, porque tenemos una emergencia medioambiental«, dijo.
La ministra indicó que tanto la Corte Penal Internacional, que se rige por el Estatuto de Roma, como el Tribunal Europeo de Derechos Humanos o la Corte Interamericana de Derechos Humanos «nacen de convenios internacionales que no incluyen disposición alguna relativa al derecho al medio ambiente o a su protección», por lo que los procesos medioambientales quedan circunscritos a los órganos jurisdiccionales de cada país.
Sanciones
En el curso de su intervención hizo especial hincapié en un aspecto muy importante: las sanciones a imponer.
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«Estamos hablando de la perspectiva coercitiva de la normativa medioambiental. El drama climático trasciende las fronteras. Es un problema global y universal. Y necesitamos herramientas universales, compromisos universales y sanciones universales«, añadió.
El pasado mes de noviembre, el Papa Francisco posicionó públicamente a la Iglesia apoyando que el ecocidio sea considerado un nuevo crimen contra la Humanidad y la paz y que sea incluido como tal en el Estatuto de Roma.
El término ecocidio fue utilizado por primera vez en la historia por el asesinado primer ministro sueco Olof Palme, a principios de los años 70, en referencia al daño medioambiental llevado a cabo durante la guerra de Vietnam.