En noviembre de 2018, el ex tesorero nacional de Venezuela, Alejandro Andrade, fue sentenciado en los Estados Unidos a diez años de prisión por su papel en un complot para lavar 1 mil millones de dólares en sobornos, los cuales le fueron confiscados en forma de fondos bancarios, aviones, bienes raíces, vehículos, caballos y relojes. Andrade obtuvo relojes como parte de los sobornos que recibió de Raúl Gorrín, dueño de Globovisión, Seguros La Vitalicia y otras empresas, sancionado por el Departamento del Tesoro de EEUU.
Un artículo de lujo que aparece cada vez con más frecuencia en las incautaciones de activos relacionados con sobornos: los relojes de pulsera, especialmente la variedad de gama alta con precios deslumbrantes.
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Otro corrupto envuelto en la millonaria trama de sobornos de PDVSA es Diego Salazar, mejor conocido como Míster Rolex o Míster TAG Heuer por su gusto casi enfermizo por los relojes de estas marcas, los cuales solía regalar a socios, abogados y conocidos a fin de abrir puertas a sus oscuros negocios.
Salazar Carreño pasó de vendedor de pólizas de seguro a convertirse en uno de los hombres más ricos de Venezuela, gracias a su poderoso pariente (primo hermano de Rafael Ramírez), quien le otorgó el multimillonario contrato de la póliza de seguros y reaseguros de Petróleos de Venezuela, entre otros negocios ilegales milmillonarios relacionados con Pdvsa.
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De acuerdo con una factura que figura en los documentos judiciales, Salazar compró por 1 millón de dólares 83 relojes Rolex y Cartier a un joyero de Caracas (2011).
Salazar formó parte junto a su primo Luis Mariano Rodríguez de la red de altos funcionarios, en su mayoría de Pdvsa, y empresarios cercanos a Hugo Chávez que ocultó 2 mil millones de euros en Andorra.
Una práctica internacional
Yorgen Fenech, el principal sospechoso del asesinato de la periodista de investigación maltesa Daphne Caruana Galizia, fue invitado por el primer ministro de Malta, Joseph Muscat -quien ha tenido que renunciar en medio del escándalo – a su última fiesta de cumpleaños en febrero y le llevó de regalo tres botellas de vino valoradas en más de 5.000 euros. Sin embargo, según reseña la prensa local, Fenech ya había entregado a Muscat caros regalos en anteriores ocasiones, llegando a obsequiarle en una ocasión con un reloj de edición limitada de oro blanco de la marca Bvlgari valorado en casi 20.000 euros.
En septiembre de 2018, la policía en Brasil confiscó una bolsa de 20 relojes de lujo por valor de alrededor de $ 15 millones de Teodoro Nguema Obiang Mangue, hijo del presidente de Guinea Ecuatorial, después de que su avión privado aterrizara en un aeropuerto cerca de Sao Paulo. Algunas matemáticas rápidas muestran que el precio promedio de cada reloj era de 750.000 dólares.
En julio de 2018, la policía de Malasia arrestó al ex primer ministro Najib Razak después de confiscar un botín de 273 millones de dólares entre casas y condominios. También decomisaron 423 relojes por valor de 19 millones de dólares, aproximadamente 45.000 dólares por reloj.
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¿Por qué relojes?
A menudo son caros, fáciles de transportar y se comercializan sin mayores trabas. Incluso relojes asombrosamente caros se pueden comprar y vender fácilmente, no se rastrean y los coleccionistas privados mantienen el mercado caliente.
Algunos relojes parecen caros y llaman la atención. Sin embargo, es posible que otros relojes caros no obtengan una segunda mirada del funcionario de aduanas o agente de inmigración promedio.
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La gran mayoría de los relojes se compran y venden de manera legal. Tener un reloj caro obviamente no es una indicación de criminalidad.
Sin embargo, los relojes combinan convenientemente un valor extremo con un tamaño compacto. Perfecto para cruces fronterizos y sobornos.
Las situaciones políticas cambian. Los funcionarios corruptos y sus cómplices en el sector privado, investigados, perseguidos y a veces procesados o sancionados, con sus cuentas bancarias congeladas, pueden confiar en una pequeña bolsa de relojes caros para ocultar su fortuna mal habida.