Cuando hablamos de trata de personas imaginamos a un tratante con fines de explotación. Sin embargo, este concepto es mucho más amplio y está más cerca de nosotros de lo que pensamos, e incluso sin saberlo somos partícipes de fomentarlo, afirma el articulista Diego Guerrero García en el portal web Contra Réplica donde suministra datos importantes de la esclavitud moderna.
En el escrito Guerrero García explica que cuando una persona promueve, solicita, ofrece, facilita, consigue, traslada, entrega y recibe, para sí o para un tercero, a una persona, por medio de la violencia física o moral —con engaño y abuso de poder podemos decir que son signos claras del tráfico de personas.
Todo lo anterior lo hacen para someterla a sus víctimas a explotación sexual, trabajos o servicios forzados, esclavitud —o prácticas análogas a ésta—, servidumbre, o a la extirpación de un órgano, tejido o sus componentes, detalle el articulista.
72 % de la víctimas son mujeres
El Informe Global de Trata de Personas, de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, refiere que, de las víctimas detectadas en todo el mundo, durante 2018, el 72 por ciento pertenece al género femenino. El 49 por ciento de los casos implica mujeres adultas, mientras el 23 por ciento son niñas, lo que representa un incremento en relación con años anteriores.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos, informó que, en el periodo comprendido de 2012 a 2017, se registraron en México más de 5 mil 200 víctimas de trata de personas. Esta cifra comprende aproximadamente 26 delitos como la explotación sexual y laboral, la esclavitud o el tráfico de órganos. Del total de víctimas, 85 por ciento son mujeres y niñas.
Delincuencia organizada, corrupción, impunidad…
Lo anterior enfatiza una realidad imperante en nuestro tiempo, la cual, hace evidente que este problema deba entenderse bajo una profunda relación con situaciones como la impunidad, la corrupción, la falta de atención a la migración, la desigualdad económica y la creciente delincuencia organizada.
Se explica en el escrito que dentro del ámbito internacional existen distintos instrumentos destinados a salvaguardar los derechos de las personas frente a esta problemática, por ejemplo: el Protocolo de Palermo o del Protocolo contra el tráfico ilícito de migrantes. Mientras que, en México, la Ley Para Prevenir, Sancionar y Erradicar los Delitos en Materia de Trata de Personas, prevé junto a 16 entidades federativas, dicha protección.
