El directivo de PDVSA que fue imputado en la causa contra el exembajador de España en Venezuela Raúl Morodo, declaró ante el juez de la Audiencia Nacional 24 horas antes de aparecer muerto, que el ministro del Poder Popular de Petróleo y Minería, Rafael Ramírez, despachaba directamente con el diplomático español. Así lo reseñó El Confidencial.
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En esa declaración ante el juez el 19 de julio de 2019, que consta en el sumario al que ha tenido acceso Europa Press, Juan Carlos Márquez Cabrera ofrecía plena colaboración con la justicia y quedó en libertad con cargos, con retirada de pasaporte y obligación de firmar semanalmente.
Durante el interrogatorio de la fiscal del caso, Márquez señaló que trabajó en PDVSA de 2007 a 2012 aproximadamente, y reconoció que el hijo del diplomático, el también imputado Alejo Morodo, fue «un par de veces» a su oficina por instrucción del ministro y presidente de la petrolera.
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«Vino con la finalidad de que yo suscribiera un contrato de asesoría con él. El señor Ramírez me dijo que me reuniera con Alejo Morodo porque nos iba a asesorar con temas europeos de Portugal y España«, recordaba Márquez, para luego añadir que el monto del contrato y su aprobación era encargo del presidente de la petrolera directamente.
Según defendía, él sólo se encargó de firmar el contrato, siempre con autorización de Ramírez, y apostillaba que la colaboración de la petrolera con la empresa de Morodo continuó tras su salida de la misma. Se da la circunstancia de que la entrada de Márquez en PDVSA (2007 aproximadamente) coincide en el tiempo con el fin del mandato como embajador de Raúl Morodo (2004-2007).
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Esta comparecencia se producía en el marco del conocido como ‘caso Morodo’. El que fuera embajador de España en Venezuela y su círculo familiar más íntimo recibieron supuestamente entre 2011 y 2015 más de 4.5 millones de euros procedentes de PDVSA. Las diligencias efectuadas apuntan a que esos fondos «carecen de justificación real y lógica comercial».